Transcurría el siglo XIX y de repente más de 20 señoritas subirían al barco desde el puerto de New york hasta el de Seattle, para que de a poco comenzara asomar la proa y el vapor aparecía pera luego perderse en el viento y así emprender una travesía que duraría 3 meses y medio con solo un paso por el cabo de hornos, en el hemisferio sur.

