El calendario del fútbol mundial ya no da para más. ¡Está explotado! Lo están diciendo jugadores, técnicos, médicos, y hasta los hinchas, que ya no saben ni qué partido están viendo.
Pensemos por un segundo: ¿qué hay en 2025? Bueno, en momentos de pretemporada, tenemos el Mundial de Clubes, las eliminatorias sudamericanas, la fase final de la Nations League europea, la Copa Asiática, la Copa Africana… y eso sin contar las ligas locales, las copas nacionales, las Libertadores, Champions, Conference, las recopas, entre otras competiciones que se juegan en la temporada regular ¡una locura!
La pretemporada en Europa está terminando y algunos equipos (los que juegan el MdC) tendrán una o dos semanas de vacaciones, porque en agosto arranca la nueva temporada, sin descanso. ¿Y en 2026 qué hay? El Mundial de 48 equipos, por primera vez. Más partidos, más viajes, más todo. ¿Quién lo aguanta?
El cuerpo no da. Se notan en las lesiones musculares, en los cambios constantes de planteles, en la fatiga que arrastran los jugadores. Cada año se lesionan figuras importantes justo antes de un torneo grande. Y a veces uno se pregunta: ¿quién está pensando en el jugador? ¿La FIFA? ¿Las confederaciones? ¿Las marcas? ¿O nadie?
Y no es que esté mal que haya fútbol. A todos les encanta, es el deporte más hermoso del mundo. Pero hay una diferencia entre pasión y saturación. Entre disfrutarlo… y quemarlo.
Al final, los únicos que no descansan nunca son los jugadores, que tienen que rendir todos los días. Y los hinchas, que si no siguen todo al día, se pierden la mitad de lo que pasa. ¿Y quiénes sí descansan tranquilos? Los que manejan los derechos de televisión, los contratos millonarios, los sponsors que quieren tener un partido en cada franja horaria del planeta. Ellos duermen con aire acondicionado, mientras los futbolistas duermen en el avión.
Le preguntaron sobre esta problemática a Raphinha, jugador de Barcelona. «Mucha gente dice que los europeos ponen demasiadas excusas, pero renunciar a las vacaciones es muy complicado», exclamó el brasileño.
¿Y si paramos un poco? ¿Y si pensamos un calendario más humano, más ordenado, más justo? Que respete al jugador, que no le quite la magia a cada torneo, y que no nos haga perder la cuenta de qué se está jugando.
Porque al final, si seguimos así, no va a haber piernas, ni pasión, ni planeta que aguante.
Dante Ferreyra