Atraparon en Rosario a un delincuente que estaba vinculado con una causa por intento de extorsión contra una concesionaria de autos. Identificado como Rodrigo O, el apellido se mantiene abreviado a fin de preservar la identidad del involucrado.
Su historial criminal es prolongado. Participó en el clan Alvarado y, tras colaborar como testigo contra ese grupo, habría cambiado de rol para integrarse a la estructura de «Los Monos”. Su segunda detención responde a que los fiscales lo señalan como participante de una trama de coacción hacia una empresa automotriz.
“Los Monos” es una de las organizaciones criminales más conocidas de Rosario, con décadas de actividad en el narcotráfico, extorsión y delitos vinculados a la violencia barrial. Su estructura es compleja y jerarquizada, lo que les permite mantener el control de distintos territorios y expandir sus operaciones a zonas cercanas. A lo largo de los años, la banda ha sido objeto de múltiples investigaciones judiciales y operativos policiales, pero mantiene un alto grado de organización que dificulta su desarticulación total.
Uno de los antecedentes que complican su situación es que ya había sido condenado a un año y medio de prisión por participar en un intento de extorsión. En esa causa, había apuntado contra un empresario. Durante los procedimientos judiciales, también se secuestraron elementos de prueba: diez teléfonos celulares, dos pendrives y un vehículo Citroën C4, los cuales pasarán al expediente para su análisis pericial. La investigación está dirigida por el fiscal Federico Rébola, quien lidera la causa con el auxilio del Ministerio Público de la Acusación.
Las detenciones representan un nuevo capítulo en el enfrentamiento entre organizaciones narco que pugnan por el dominio territorial y negocios ilícitos, y el esfuerzo estatal por quebrar dichas redes. Las próximas etapas del proceso judicial determinarán no solo su situación procesal individual, sino también podrían arrojar luz sobre cómo operan las conexiones entre viejos miembros delictivos que migran de una organización a otra, y cómo esas alianzas se traducen en amenazas para entidades legítimas como concesionarias o comercios locales.
Santiago Abraldes, 2° A TT