En el Gran Premio de Italia 2025 de Fórmula 1, Max Verstappen dio un espectáculo en Monza, pero la atención se centró en McLaren: Oscar Piastri le cedió su posición a su compañero de equipo, Lando Norris, tras una mala parada en boxes por un error del equipo. Esta situación generó debates sobre la “lealtad” entre compañeros. El argentino Franco Colapinto, por su parte, cerró un fin de semana difícil pero dejó en claro que está dispuesto a priorizar a su escudería.
El circuito de Monza fue el escenario perfecto para que Verstappen protagonizara una victoria histórica: fue el Gran Premio más rápido de la historia de la Fórmula 1. Con un ritmo imparable, dejó atrás a los McLaren, los protagonistas del campeonato.
Pero el centro de atención no fue solo la contundente victoria del neerlandés, en los garajes naranjas la tensión explotó. Oscar Piastri, actual líder del campeonato de pilotos, debió ceder su posición en pista a Lando Norris por una orden del equipo tras un error en boxes que frenó al británico.
La imagen de Piastri dejando que su compañero lo pasara generó de inmediato un debate. Para algunos fue una jugada lógica, ya que el equipo necesita armonía y sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Para otros, fue un golpe bajo para el australiano, quien perdió la chance de seguir ampliando su ventaja en el campeonato.
El resultado final casi no cambió la tabla de posiciones, dado que Piastri sigue siendo líder, pero ahora con solo 31 puntos de ventaja sobre su compañero, con ocho carreras por delante.
El público en las gradas recibió a Norris con silbidos y abucheos. Algunos ex pilotos la calificaron como un “precedente peligroso” y hasta Toto Wolff, jefe de Mercedes, declaró que McLaren podría estar jugando con fuego. Mientras tanto, desde la escudería británica respondieron con tranquilidad: “El equipo está por encima de todo”, un mensaje claro hacia la unión interna.
Lo cierto es que la relación entre Norris y Piastri venía cargada de tensión desde hace algunas carreras. En Silverstone hubo roces por el uso del rebufo en clasificación, y en Hungría el australiano se mostró disconforme con la estrategia que lo había dejado expuesto. Monza, con la orden clara de dejarse adelantar, fue la confirmación de que McLaren deberá manejar con pinzas una rivalidad interna que puede marcar el desenlace del campeonato.
Por otra parte, en Alpine, Franco Colapinto también fue parte de una decisión estratégica. El argentino, que venía batallando en el fondo, terminó 17° después de dejar pasar a su compañero de equipo, Pierre Gasly. No fue un gran resultado en lo numérico, pero sí un gesto que habla de compromiso, cedió el lugar porque Gasly tenía mejor ritmo y el equipo buscaba al menos acercarse a los puntos.
Para Colapinto, que está empezando su camino en la F1, la carrera de Monza fue otra prueba de fuego. Su mejor resultado del año hasta ahora había sido un undécimo lugar en el circuito de Zandvoort, Países Bajos, y aunque esta vez no pudo repetirlo, la sensación que dejó es que entiende las reglas del juego: a veces toca lucirse y otras, trabajar para el equipo.
Al final, Monza dejó una conclusión clara: los autos de McLaren se llevaron la mayor atención, pero en medio de esa tormenta, Colapinto dio otra muestra de que está dispuesto a crecer paso a paso, aun cuando eso implique ceder su lugar. Puede que esta vez no haya sumado puntos, pero sí obtuvo algo igual de importante: confianza dentro de Alpine.
No fue solo la carrera más rápida de la historia, sino también un recordatorio de que en la Fórmula 1 a veces hay que elegir entre el éxito personal y el bien colectivo. Y tanto McLaren como Colapinto lo dejaron en evidencia, cada uno a su manera.
Tal vez ahí esté la enseñanza más importante del fin de semana: la Fórmula 1 no es solo velocidad ni resultados, es también paciencia y decisiones que pueden cambiar un campeonato entero.
Katherine Cespedes – 2°A Turno Mañana
