Ser el mejor garrochista con tan poca edad impacta. Pero Armand Duplantis cree que es recién el comienzo de su carrera. Piensa superarse constantemente y no detenerse a evaluar todo lo que está logrando. Es la séptima vez en los últimos tres años que quiebra su propio récord mundial.
La Diamond League es uno de los torneos más importantes del atletismo, la antesala del Mundial y de los Juegos Olímpicos. En la final, el sueco superó las marcas de 5,62, 5,82 y 6,02. Gracias a ese registro, ya se había coronado porque el filipino Ernest John Obiena falló en la última marca. Pero a este chico se le ocurrió ir por más. Siempre va por más.
Quería superar superar el récord del mundo que le pertenecía a él mismo de 6,22m, establecido en Clermont-Ferrand, Francia, el pasado 25 de febrero. Y lo consiguió. No lo podía creer.
Cuando cayó en la colchoneta, salió corriendo hacía la tribuna para abrazarse con sus familiares y hasta con sus rivales. Armand Duplantis representa la rutina de lo extraordinario. Dos veces campeón de Europa al aire libre (2018 y 2022), campeón del mundo en 2022 (Estados Unidos) y 2023 (Hungría), medalla de oro en los los últimos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y hace días, con esta nueva marca, se coronó por tercer año consecutivo campeón de la Liga de Diamante.
El éxito del garrochista sueco también tiene que ver con su entorno. Sus entrenadores son sus padres: Greg y Helena. Su papá, de origen estadounidense, también fue importante en esta disciplina y tuvo una marca personal muy buena de 5,80 metros. Es el mejor consejero técnico para Armand, mientras que su mamá, sueca y ex heptatleta, se encarga sobre todo de la preparación física.
«Cuando tienen que vestirse con los hábitos de entrenadores, lo hacen. Pero cuando se trata de ver una película en familia, tienen una relación normal de padres e hijos, muy equilibrada, dinámica”, explicó Armand en un documental.
Desde muy temprana edad, Duplantis batió casi todos los récords mundiales oficiosos en las categorías juveniles. Ya a los 17 años saltó 5,90 metros en 2017 en Austin y se convirtió en una revelación. No es normal que a los 23 años ya tenga una carrera tan gloriosa. Con 20 años fue subcampeón del mundo en Doha en 2019 (5,97 metros). Y a partir de ese segundo lugar, que ya era algo magnífico, arrancó su campaña de tratar de ser el mejor en muy poco tiempo.
El sueco batió luego dos veces el récord del mundo (6,17 y 6,18 m) en febrero de 2020 y se convirtió en campeón olímpico en agosto de 2021, un momento inolvidable que compartió con sus padres y entrenadores, grandes protagonistas de sus éxitos. En 2022 batió el récord del mundo en tres ocasiones, la última de ellas en el Mundial de Eugene (Estados Unidos). La semana pasada elevó todavía más su techo y mantiene la incógnita sobre los alcances de su potencial.
“Los récords mundiales me emocionan porque me hacen sentir bien y cuando consigo uno, ¿qué más puedo pedir?”, reconoció el campeón olímpico en Tokio 2020 y afirmó que “el récord es una forma loca de acabar la temporada, nunca había tenido una así”.
Un deportista que está en la cresta de la ola y que no piensa parar, quiere seguir escribiendo capítulos en el libro de historia del salto con garrocha. «Al final de mi carrera, espero tener definitivamente el listón más alto que creo que podría haber alcanzado», comentó el deportista tras haber superado su propio récord mundial.
En fin, tiene 23 años y logró todo esto, una locura. Pareciera que siempre Armand Duplantis será el ganador, y que lo va a ser por mucho tiempo más; ¿hasta cuando?
Martín Liguori – 2ºA Turno Mañana