Nazareno Sasia: el sacrificio del pibe que se lanza a la gloria

Nazareno Sasia es una de las promesas del atletismo argentino. A sus 17 años se ubica primero en la clasificación mundial de lanzamiento de bala […]

Nazareno Sasia es una de las promesas del atletismo argentino. A sus 17 años se ubica primero en la clasificación mundial de lanzamiento de bala ya que consiguió la mejor marca del planeta, en la categoría sub 18: 21,40 m en el Sudamericano de Ecuador. Con este sensacional presente llega a los Juegos Olímpicos de la Juventud como el principal candidato de nuestro país para obtener una medalla dorada.

Pero la trayectoria del pibe que sueña con coronarse en Buenos Aires 2018, ha implicado importantes sacrificios desde sus primeros pasos en el deporte.

Nazareno vive en Cerrito, Entre Rios, a 50 kilómetros de Paraná. Casi todas las mañanas (se levanta a las 5:30) para viajar en colectivo hacia la capital de su provincia y llevar a cabo su primer turno de entrenamiento. Cerca del mediodía regresa a su ciudad para cursar sus estudios secundarios y finalizar la jornada con un segundo turno de trabajo, de la mano de su primer entrenador, Marcelo Borghello. Fue él quien lo sumergió en el lanzamiento y está impresionado por el crecimiento de Sasia, que pasó de ser un nene al que invitó a participar de su escuelita luego de verlo jugando al fútbol, a ser el atleta de 1,93 metro y 114 kilos que está haciéndose lugar en la élite del atletismo internacional.

Desde que comenzó a competir en el ámbito nacional e internacional, el juvenil no ha dejado de sorprender y viene de una temporada perfecta en 2017. Fue campeón de los Juegos Nacionales Evita, consiguió los títulos nacionales sub 18 de bala (18.18 m) y disco (52.39 m) en el certamen que tuvo la inauguración de la pista sintética de Concepción del Uruguay. Y dos meses más tarde se consagró campeón de ambas pruebas en los Juegos Odesur sub 17 en Santiago de Chile, cuando atravesó por primera vez la marca de 20 metros en bala, precisamente 20.45 m, y ganó en disco con 58.67 m.

Además de tener un don especial para la disciplina en la cual tiene la mejor marca del mundo en su categoría, el joven entrerriano también también tiene un gran talento en lanzamiento de disco como destacan sus títulos en torneos sudamericanos. Posee la mejor marca nacional en la categoría sub 18 (61,52 m.), fue segundo en el Sudamericano de Ecuador (57.19 m) y se encuentra en el top 10 mundial. Sin embargo, sólo puede participar de una en la cita olímpica y lo hará en bala.

Pero el reconocimiento que ha comenzado a tener por sus grandes logros ha sido difícil de manejar para un chico “muy callado” como lo describe su mamá, Soledad, y agrega: “Ahora se va aflojando un poco más”.

En la presentación de la joven promesa del atletismo por  parte  de la cuenta oficial de los Juegos Olímpicos de la Juventus, es el propio protagonista quien admite su timidez que poco a poco intenta dejar de lado: “Se que tengo que acostumbrarme a esto, ahora ya no es tanta la presión que tengo frente a las cámaras”.

Su actual entrenador, Sergio Alfonsini, también expresó que «lo inmoviliza ser reconocido por la gente y los medios”, aunque internamente lo más probable es que Nazareno prefiera adaptarse a la fama por nuevos éxitos en el futuro y no dejar de recorrer este camino ascendente.

Y de la misma forma en que sencillez, humildad y timidez son palabras que calzan perfecto en la descripción de este gran atleta, la disciplina también lo es. Ya que aprovecha los domingos, sus días “libre”, para continuar su preparación en un polideportivo cercano a su casa. No le esquiva al doble turno, tampoco al estudio y hasta resignó el viaje de egresados a Bariloche para enfocarse en la preparación para lo que puede significar un momento histórico en su carrera: Buenos Aires 2018.

Talento natural, un gran soporte en casa, dos entrenadores que le han sacado jugo a su potencial, disciplina y humildad para intentar mejorar día a  día. Todo se junta en un combo aparentemente perfecto: Nazareno Sasia, un chico argentino que sueña con el oro olímpico.

 

Lucas Arenas y Patricio Pudenti Pasini