Con perfume de mujer

Julia Ballario adora la velocidad. Tiene 25 años, es cordobesa y aquí, cuenta su historia, en la que derribó varios prejuicios.   -¿Qué te pasó […]

Julia Ballario adora la velocidad. Tiene 25 años, es cordobesa y aquí, cuenta su historia, en la que derribó varios prejuicios.

 

-¿Qué te pasó por la cabeza hace un año al ganar la pole, mejor serie, clasificación y la carrera final en el Top Race en Chaco?

-Siempre que pienso ese momento es increíble e inexplicable, también, porque es algo para lo que siempre trabajé. Gané todo ese fin de semana, estuvo en diferentes etapas la pista, un día soleado al otro día llovía. Fue un fin de semana magnífico, en el que pude demostrar que en cualquier condición de pista podía andar bien. Estuve muy agradecida con mi familia, sobre todo a mi papá que me acompañó todo este tiempo y pudimos plasmar con este resultado todo el esfuerzo de dos años; ellos hicieron todo para que yo pudiera estar donde yo estoy hoy día. Muchas veces yo dudé de mí porque la gente dudaba de que una mujer pueda correr bien y ganar, y demostrar que sí puedo me dio toda la fuerza para seguir.

-¿Crees que ser la primera mujer en ganar una carrera, en un deporte aún visto como masculino -como has expresado en ocasiones-, fue inspiración para chicas que quieren incursionar en el deporte?

-Fue buenísimo, por haber ganado dos carreras e ir demostrando que las mujeres tenemos las mismas posibilidades que los hombres y que no depende del género sino del esfuerzo y trabajo que ponga cada uno. Muchas chicas me han manifestado que tienen ganas de correr en karting o en autos, me dicen que yo les doy fuerza, ánimo para entrar en el automovilismo y eso me parece que está bueno. Lo que juega aquí es la pasión, la disciplina y el trabajo que uno le pone.

-¿Cómo es el trato con los hombres?

-Muchos pilotos te hacen maniobras por el hecho de ser mujer y por eso mismo les da bronca porque nos ven como algo inferior y sienten que tenemos menos fuerza, menos poder y que no podemos estar a la altura de ellos. El año pasado tuve roces y discusiones, confrontaciones con algunos pilotos, mientras otros me han manifestado que me ven como un rival más porque puedo estar a su altura; yo también soy agresiva a la hora de competir. Yo creo que cuando uno se pone el casco no importa el género y algunos pilotos ven eso y se dan cuenta, pero es más por esta cultura tan machista que tenemos, no solo en el automovilismo sino en todos los ámbitos. Solo que el automovilismo es un deporte en el que la mujer compite directamente con el hombre y no pasa en ningún otro deporte.

-¿Cómo es la preparación para cada carrera?

-En Marcos Juárez hago doble entrenamiento, uno personalizado donde trabajo mucho la concentración, reacción, fuerza, agilidad, trabajo aeróbico, fuerzas específicas para lo que necesito, complemento con Cross fit… Y trato de hacer simulador ya que los pilotos no tenemos la posibilidad de subirnos a un auto de carrera, la categoría no lo permite, ni subir a mi auto y probar en cualquier circuito. Siempre trato con otras cosas de hacer lo más parecido a estar en el auto de carrera. Veo cámaras a bordo de otros pilotos o mías de años anteriores dependiendo el circuito donde vaya a competir. Y mi equipo está en Salto, provincia de Buenos Aires, y ellos se encargan de hacer todo el traslado del auto y todo lo que ello implica. Yo lo único que hago es tomar mi casco, mi mochila y viajar desde Marcos Juárez con mi papá, que siempre me acompaña.

-¿Cuál es tu objetivo y de todo el equipo en esta nueva categoría y lo que queda del campeonato?

-Nuestro objetivo de este año es ir adaptándome a esta nueva categoría con grandes pilotos. No nos pusimos un objetivo en cuanto a posición sino en ir progresando, avanzando y aprendiendo de estos nuevos autos y hasta ahora estamos muy conformes con el trabajo que vengo haciendo puesto que la carrera es muy competitiva y aunque a veces estoy lejos en posición, pero muy cerca en tiempo, con lo que sentimos que venimos haciendo un muy buen trabajo por ser mi primer año en la categoría. El año que viene sí voy a pensar más en la posición y en estar más adelante.

-Probaste el Pro Mazda en Indianápolis, estuviste en el TC 2000, ¿Qué te falta por cumplir dentro y fuera del automovilismo?

-Aun me faltan muchas cosas por hacer, aunque no pienso en una categoría como tal para llegar como algo máximo, me gustaría que en el día de mañana se me tenga en cuenta como una referente o representante, y que las mujeres digan ‘Julia Ballario hasta donde llegó’. Ser el ejemplo de toda mujer que se suma al automovilismo. Ser una mujer que dejó huella. Por supuesto me encantaría que se me tuviera nuevamente en cuenta y se diera el presupuesto para volver a correr en Estados Unidos. Todo lo que he logrado profesionalmente nunca lo imaginé. Y en cuanto a lo personal, me faltan muchas cosas puesto que no suelen ir en sintonía con lo profesional.

-¿Cuál es tu ídolo o referente en el automovilismo?

-Nunca tuve un referente o ídolo, siempre lo tuve a mi papá pero es más como un maestro, cuando yo arranqué lo hice porque me gustaba, no porque él me haya obligado, sin embargo él fue enseñándome y acompañándome. Creo que nunca tuve ídolos ya que siempre trato de ir haciendo mi camino. Con mis errores, mis aciertos y como hay pocas mujeres, no hay una con la que me sienta identificada.

-¿Qué haces fuera del automovilismo?

-Estudié diseño gráfico, me recibí en 2013, pero poco lo ejerzo. Cuando arranqué diseño el automovilismo apenas era una diversión, pero justo en el primer año empecé a competir en categorías nacionales y a crecer deportivamente. Le dio otro enfoque y cambio a mi vida. Y hoy en día hago sushi para vender, para hacer algo distinto fuera del automovilismo. Uso mis redes sociales para interactuar y hacerle saber a la gente que soy una chica de 25 años que salgo con mis amigas y hago mis cosas, como cualquier otra.

Geraldine Correa