Retirarse es morirse un poco

Existen dos maneras para que el deportista se retire: Una es que lo haga por elección propia y la segunda es que el fútbol lo […]

Existen dos maneras para que el deportista se retire: Una es que lo haga por elección propia y la segunda es que el fútbol lo retire al jugador, porque ya no rinde como antes. Hay que decir que la mayoría de las veces, se confirma la segunda opción y esto lo hace todavía más dramático. La sorpresa y la no "preparación psicológica" del futbolista hacen el resto, haciendo que éste muchas veces se sienta "una basura ya descartable". Sólo un pequeño porcentaje sigue ligado íntimamente a este deporte como entrenadores, periodistas deportivos, empresarios de jugadores, docentes, etc. Los que quedan fuera de "este grupo de elite" tienen enormes dificultades para reinsertarse en el tejido social.

Algunos, hasta contemplaron la posibilidad del suicidio, como Rubén Suñé quien tuvo un intento fallido, su caída fue amortiguada por un toldo que le salvó la vida. Por eso, es importante que durante el transcurso de la carrera, el futbolista puedo ir desarrollando que será de él cuando ya no sea más jugador; que proyecte, se capacite y que cuando termine su vida como deportista profesional esté preparado para decir adiós y poder sentirse útil y pleno para buscar nuevas metas que lo mantengan activo y ocupado.

Una producción especial de: Diego Zancarini, Lucas Di Nisio, Lucas Seminara, Maricio Uscalovsky y Esteban Gundin