Caos en Spegazzini: un depósito químico explotó y desató un megaoperativo de 380 bomberos

Una cadena de detonaciones y un voraz incendio sacudieron el Polígono Industrial de la localidad, provocando pánico entre vecinos, más de 20 heridos y un procedimiento masivo para contener el fuego.

En la noche del viernes, poco después de las 21, una fuerte explosión sacudió el corazón del Polígono Industrial de Carlos Spegazzini, en el partido bonaerense de Ezeiza. En cuestión de segundos, el cielo se iluminó de naranja y una nube densa de humo negro comenzó a elevarse en forma de hongo, visible desde varios kilómetros. En los barrios cercanos, los vecinos sintieron la onda expansiva que hizo vibrar vidrios, alarmas y estructuras completas. Muchos salieron a la calle sin entender si habían escuchado una explosión, un accidente o algo más grave.

La magnitud del estallido generó una movilización inmediata y masiva. Más de 70 dotaciones de bomberos voluntarios, ambulancias, unidades de Defensa Civil, móviles policiales y equipos sanitarios respondieron en minutos. Según cifras oficiales, cerca de 380 bomberos de distintos municipios bonaerenses trabajaron sin descanso para evitar que las llamas avanzaran sobre otras naves industriales. El foco principal del incendio se habría originado en un depósito de agroquímicos ubicado a la altura del kilómetro 46,5 de la autopista Ezeiza-Cañuelas, donde se almacenaban materiales altamente combustibles.

A partir de ese punto, el fuego se expandió a galpones vecinos y afectó a varias empresas instaladas en la zona: Logischem S.A., Iron Mountain, Larroca Minera, Aditivos Alimentarios, un centro frigorífico y, según versiones preliminares, también una fábrica de plásticos. El impacto no solo afectó a las instalaciones industriales, sino también a cientos de familias que viven cerca del parque. En un radio de hasta cuatro kilómetros se reportaron daños materiales: vidrios destruidos, techos levantados, persianas arrancadas y estructuras con grietas. En algunos sectores, personal de emergencia dispuso evacuaciones preventivas ante la concentración de humo.

Las imágenes que circularon en redes sociales y medios mostraron la dimensión del incendio. En un video grabado por un bombero que combatía las llamas se ve un escenario desolador: estructuras colapsadas, camiones calcinados y explosiones secundarias que obligaban a los equipos a retroceder. En otro registro, ya en manos de la justicia, se observa el momento exacto en que se produce la explosión: a las 20:54, una llamarada se expande súbitamente y trabajadores huyen a pie y en vehículos para ponerse a salvo.

En materia sanitaria, al menos 24 personas fueron asistidas en las primeras horas. La mayoría presentó heridas cortantes o intoxicación por inhalación de humo, aunque también se registró un hombre que sufrió un infarto y fue trasladado a un centro de salud. Para agilizar la atención, se montó un “shock room” móvil en las inmediaciones del siniestro, con profesionales, camillas y equipos de monitoreo.

Además de los daños inmediatos, surgió preocupación por los riesgos ambientales. Fabián García, director provincial de Defensa Civil, informó que, si bien la nube de humo no contenía niveles altamente tóxicos según las primeras mediciones, se recomendó a la población evitar permanecer al aire libre y no acercarse al perímetro del siniestro mientras continuaran las tareas de sofocación.

En paralelo, la fiscal Florencia Belloc, de la UFI 1 de Ezeiza, inició una investigación para determinar el origen del incendio y establecer si existieron fallas de seguridad, controles insuficientes o irregularidades en el almacenamiento de sustancias químicas. El ingreso de los peritos dependerá de que los bomberos logren controlar totalmente el fuego, lo que podría demandar varias horas o incluso días, debido a la presencia de materiales que pueden reactivarse.

El siniestro volvió a poner sobre la mesa una preocupación que crece en el Conurbano bonaerense: la cercanía entre grandes depósitos industriales y áreas densamente pobladas. La explosión en Spegazzini dejó en claro que, más allá de los daños materiales, existe un riesgo latente que requiere controles estrictos, planificación y políticas preventivas. Ahora será la justicia la que deberá determinar responsabilidades y evaluar si la tragedia pudo haberse evitado.

Ariel Pérez Evans, 2° A TT