A 25 años del surgimiento de Las Leonas en Australia

El símbolo de la Leona sigue encendiendo una mística que transformó al hockey femenino y marcó para siempre al deporte argentino.

Cuando las jugadoras del seleccionado femenino de hockey sobre césped el 24 de septiembre del 2000 salieron a disputar el encuentro ante Países Bajos con la figura de una leona en su camiseta, no imaginaron que estaba por comenzar a escribirse una de las páginas más gloriosas del deporte argentino. Así nacía la leyenda de Las Leonas, hoy una marca registrada del deporte nacional. 

Inés Arrondo, integrante de aquel plantel, fue la ideóloga del símbolo. Lejos de buscar protagonismo, recordó con el diario La Nación el rol que ocupó: “Me tocó esa circunstancia porque siempre fui la dibujante del equipo. Se dio. Pero puse la mano por el equipo. Fue lindísimo, pero una decisión grupal. Un símbolo de lo colectivo. Empecé a dibujar y ahí sale ese primer diseño de la leona que está como levantándose, lista para pegar el zarpazo. Porque eso era lo que sentíamos: que era el momento de dar el zarpazo y subirse al podio. Esa leona se está levantando con el ímpetu de subirse a ese podio olímpico”.

Vanina Oneto, por su parte, manifestó que esa fue la noche más mágica que le tocó vivir en su carrera deportiva por  lejos. Y que todos las que eran parte del plantel se tomaron de las manos y se les caían las lágrimas. Era como un fuego que las quemaba y las contagiaba. Arrondo, sumó: “Fue muy movilizante. Nos juntamos en el living de esa casa que habitábamos como familia, y ese tesoro oculto que nos habíamos llevado sin saber si lo íbamos a usar salió, porque era el momento de sacar todo eso que sentíamos que representábamos juntas”.

 

Aquel juramento marcó el inicio de un fenómeno que llevó a miles de personas a encender el televisor en plena madrugada y alterar su rutina del sueño. Fue el traspaso de un testimonio que aún hoy tiene continuidad. Y detrás de ese fenómeno existe una historia, la de la creación de esa Leona que avivó un fuego interior.

Las Leonas dejaron un ejemplo de vida, decisión, vocación, esfuerzo, sacrificio, respeto, humildad, carácter y capacidad para superar adversidades. Supieron unir talento, generosidad, pasión, determinación, convicción y espíritu de equipo, además de disfrutar el camino recorrido. Llegaron a la final olímpica en Sídney 2000 y además de colgarse la medalla de plata, abrieron las puertas para todas las jugadoras de ese deporte y crearon un legado.

“Fue un momento muy lindo, una bisagra en el hockey. Por lo que se logró, la primera medalla olímpica de la historia para este deporte, por cómo se consiguió y porque la Leona salió de adentro, no fue un logo. La Leona fue una fuerza interior que salió a conquistar para el hockey argentino. Sin dudas, ese torneo y esa etapa fueron un punto de quiebre para nuestro deporte”, resumió Cachito Vigil, su entrenador en esa época, también en diálogo con La Nación.

Después de aquellos Juegos Olímpicos, cambió el mapa del deporte argentino. Las nenas empezaron a pedir jugar al hockey en cualquier ámbito, el club, la sociedad de fomento o donde fuera. La sociedad tuvo que adaptarse a eso, y varios clubes cedieron una de sus canchas de fútbol sintético para que las mujeres pudieran jugar. No existía entonces una referencia fuerte de deporte en equipo femenino, y Las Leonas, en el año 2000, ocuparon ese lugar, empujando a todas hacia el mismo lado. Ese fenómeno fue, sin dudas, la medalla más trascendente, la que forjó el inicio de una historia vigente hasta hoy.

En este siglo XXI, que comenzó con gloria, Las Leonas lograron que la delegación argentina depositara buena parte de sus esperanzas olímpicas en este deporte: de las últimas siete ediciones, en seis el seleccionado femenino subió al podio, con tres medallas de plata y tres de bronce, la última en los  Juegos Olímpicos de París 2024.

En estos 25 años, el seleccionado argentino suma también dos títulos mundiales (2002 y 2010), siete Champions Trophy (2001, 2008, 2009, 2010, 2012, 2014 y 2016) y una Hockey Pro League (2022).

El plantel completo: Magdalena Aicega, Mariela Antoniska, Inés Arrondo, Luciana Aymar, María Paz Ferrari, Anabel Gambero, Soledad García, María de la Paz Hernández, Laura Maiztegui, Mercedes Margalot, Karina Masotta, Vanina Oneto, Jorgelina Rimoldi, Cecilia Rognoni, Ayelén Stepnik, Paola Vukojicic. Entrenador: Sergio Vigil; Asistente: Gabriel Minadeo; PF: Luis Barrionuevo; Jefa de equipo: Claudia Medici.

Ana Clara Vidal, 2° B, turno mañana