El 30 de octubre, luego del partido que enfrentó a la Selección Argentina con Brasil en el marco del Torneo Cuatro Naciones, Diego Simonet comunicó su retirada del combinado nacional de handball; el jugador, que acumuló 146 partidos oficiales con Los Gladiadores y marcó 454 goles, se despidió en un acto emotivo organizado por la Confederación Argentina.
A lo largo de más de una década y media vistiendo la camiseta celeste y blanca, Simonet se transformó en voz de mando, capitán y símbolo de un deporte que no tiene la misma visibilidad que el fútbol, pero que él ayudó a elevar.
Su carrera internacional comenzó oficialmente en 2010, en el Campeonato Panamericano de Santiago de Chile, y desde allí cosechó cuatro oros en torneos panamericanos o sur-centro (2010, 2012, 2014, 2020), tres títulos en Juegos Panamericanos (Guadalajara 2011, Lima 2019, Santiago 2023) y participó en tres ediciones olímpicas (Londres 2012, Tokio 2020, París 2024).
En el plano mundial, fue figura destacada entre los adultos al participar en seis Mundiales (2011, 2013, 2015, 2017, 2021, 2023), incluyendo el histórico 11º puesto en Egipto 2021, el mejor resultado en la historia del handball argentino en esa competición.
En el ámbito de clubes, Simonet desarrolló gran parte de su carrera en Europa, principalmente en el Montpellier Handball de Francia, donde desde 2013 se convirtió en pieza clave del equipo. Según datos de la EHF, jugó decenas de partidos en la Champions League y la European League, marcando más de 500 goles en competencias de club. En mayo de 2025 obtuvo con su club la Copa de Francia tras derrotar al PSG 36-35, aportando dos goles en la final y sumando otro logro a su extenso palmarés.
La decisión de dejar Los Gladiadores según sus propias palabras obedeció a una combinación de factores: “La lesión que tengo me da una señal”, confesó Simonet, agregando que sentía que “ya le había dado todo” al seleccionado y que no quería ocupar un lugar que otro jugador más joven podría aprovechar.
Además, hizo hincapié en su prioridad actual: la familia. Mientras espera su tercer hijo, argumentó que no quería seguir comprometiendo momentos personales por viajes, competencias y exigencias del alto rendimiento.
En el partido ante Brasil, que terminó con derrota argentina 31-23 y sirvió como despedida oficial, se celebró un reconocimiento especial por parte de la Confederación Argentina de Handball (CAH). Allí el “Chino” se ubicó en el centro de la cancha, tomó el micrófono y pidió a sus compañeros que sigan empujando por la camiseta, mientras la tribuna coreaba su nombre.
Entre los momentos más recordados de su trayectoria aparece la historia del triunfo de Montpellier en la Champions League de 2018, en la que Simonet fue nombrado MVP de la final (primera vez que un jugador argentino lograba esa distinción), un hecho que marcó un antes y un después para el handball nacional.
También sobresale su liderazgo en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, cuando el equipo argentino aseguró el oro y la clasificación olímpica, una meta que Simonet contribuyó a consolidar en los años previos.
Ahora bien, su salto al profesionalismo europeo también fue clave. Desde sus inicios en el club Sociedad Alemana de Villa Ballester, luego Sao Caetano (Brasil), Torrevieja (España) y US Ivry (Francia) antes de fijar su lugar en Montpellier, fue escalando niveles, forjando una currícula que lo llevó a jugar en Europa durante más de diez temporadas.
Como capitán del seleccionado, dejó una huella que trasciende estadísticas: su visión de juego, su tranquilidad en los momentos críticos, su capacidad para anotar cuando el equipo lo necesitaba y su compromiso con el desarrollo del handball en Argentina. En total, disputó 146 partidos oficiales con la selección adulta y marcó 454 goles, lo que lo ubica como el cuarto máximo anotador de la historia del deporte nacional en su disciplina.
Con su partida, se abre un nuevo capítulo para Los Gladiadores: toca encontrar nuevos referentes, dar paso a la juventud y al mismo tiempo mantener la competitividad mundial. Simonet lo sabe y por eso manifestó que “hay que concentrarse en la próxima clasificación a los Juegos Olímpicos”, visión que transmitió a sus compañeros en su discurso de despedida.
Aunque deja el seleccionado, su futuro en el club sigue en pie. El argentino aclaró que su retiro es únicamente de la Selección Argentina, y que mantiene contrato con el Montpellier hasta fin de temporada, con posibilidades incluso de seguir vinculado al club en roles de embajador o dirigente una vez que cuelgue los botines como jugador.
El adiós de Diego Simonet representa el cierre de una era dorada en el handball argentino; una etapa en la que Los Gladiadores pasaron de ser un equipo de contención regional a pelear por puestos destacados en certámenes globales. La pregunta ahora es cómo afrontará la generación que viene esa exigencia de representar al país en torneos mundiales y olímpicos sin su figura más representativa.
Sin dudas, Simonet dejó el escenario mayor con la camiseta nacional, pero su marca quedará para siempre: jugó, ganó, lideró y mostró que un argentino puede brillar en la elite del handball europeo y mundiales con la albiceleste. Y mientras se prepara para la vida después del seleccionado, su legado sigue activo, inspirando a jóvenes que sueñan con repetir lo que él logró.
Ignacio Delucchi, 2° B, turno mañana
