La tranquilidad de Alcira Gigena, en el sur de Córdoba, se quebró este lunes con un hallazgo estremecedor: un hombre de 68 años fue encontrado muerto en el interior de su vivienda, ubicada en la calle Héroes Anónimos al 800. El cuerpo fue descubierto por familiares que, al no poder contactarlo, decidieron ingresar al domicilio y se encontraron con la escena dramática. La casa estaba revuelta, lo que refuerza la hipótesis de un robo que habría derivado en la muerte.
La víctima presentaba una herida en la cabeza que en un primer momento generó sospechas de un disparo, aunque los investigadores descartaron luego el uso de un arma de fuego. Ahora, se intenta determinar si el golpe fue provocado con un objeto contundente, un arma blanca o por otro mecanismo.
El fiscal de Río Cuarto, Daniel Pedro Miralles, encabeza la investigación. Ordenó preservar la escena del crimen y dispuso una serie de pericias para no descartar ninguna línea de investigación. La autopsia, que se realizará en las próximas horas, será determinante para precisar la causa de la muerte y arrojar datos clave sobre el ataque.
La hipótesis más firme es que se trató de un homicidio en ocasión de robo. Sin embargo, las autoridades no descartan otras posibilidades y esperan los resultados de las pericias de la Policía Científica, además de los testimonios de familiares y vecinos, para reconstruir las últimas horas de la víctima.
El hecho conmocionó a una comunidad que no suele registrar hechos de este tipo y que ahora vive con temor. “Nunca pensamos que algo así podía pasar acá, siempre fue un pueblo tranquilo”, comentó una vecina conmovida. Otros habitantes expresaron su preocupación por la seguridad y reclamaron mayor presencia policial en la zona, convencidos de que el caso marcará un antes y un después en la vida cotidiana del pueblo.
La investigación también busca determinar si hubo más de una persona involucrada en el hecho y si existían antecedentes de robos similares en la región. Los pesquisas no descartan que el o los agresores conocieran los movimientos de la víctima y hayan elegido el momento preciso para ingresar al domicilio. Cada detalle puede ser crucial para esclarecer qué pasó en esa vivienda y cómo terminó la vida del hombre.
Mientras tanto, la localidad permanece en vilo. Entre la incertidumbre y el miedo, los vecinos se preguntan cómo ocurrió el crimen, si hubo testigos y qué sucedió en las horas previas. La expectativa está puesta en los resultados de la autopsia y en los avances de la causa judicial. La comunidad de Alcira Gigena, marcada por la sorpresa y el dolor, aguarda respuestas que permitan devolver algo de calma a un pueblo que ya no se siente tan seguro como antes.
Ariel Pérez Evans, 2° A TT