Lo que debía ser una noche épica de fútbol sudamericano terminó convirtiéndose en una de las jornadas más oscuras del torneo. El estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, preparado para albergar el decisivo duelo entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana, se transformó en el escenario de una batalla campal que paralizó al continente. Con la tensión al límite y la serie aún abierta, la violencia estalló y el espectáculo deportivo se vio abruptamente eclipsado por imágenes de caos, heridos, enfrentamientos y acusaciones cruzadas que se extendieron más allá del campo de juego.
Lo que siguió fue una guerra de relatos, una lucha diplomática y un fallo histórico de la CONMEBOL que no solo definió el destino de dos equipos, sino que dejó una advertencia imborrable sobre los costos de la desorganización, la violencia y la falta de respaldo institucional en el fútbol sudamericano.
Una producción de Lisandro Jimenez Daniele, Leonel Berenguel y Geronimo Gimenez