En un partido con historia, tras esa eliminación en los Juegos Olímpicos de Paris 2024 y ese grito de gol de nuestro patriota Gonzalo Pelliat, ahora nacionalizado alemán, el seleccionado argentino venció a su similar germano en la FIH Pro League. El arranque no fue fácil. En el primer cuarto, Los europeos abrieron el marcador y después ampliaron la ventaja en el segundo. Parecía que el partido se escapaba, pero después del entretiempo, todo cambió para bien.

Los Leones volvieron a la cancha con otra energía y lo dieron vuelta con los goles de Bautista Capurro, Lucio Méndez Pin y Tomás Dómene. En apenas ocho minutos, pasaron del 0‑2 al 3‑2, desatando la locura del banco argentino y dejando sin respuestas al campeón del mundo. Después del tercero, el equipo se cerró bien atrás, defendió con el alma y aguantó los últimos minutos con muchísima intensidad. Cuando sonó el pitazo final, todo fue festejo. Logrando una hazaña increíble.
Con este triunfo, Argentina se mete en el cuarto lugar de la tabla con 23 puntos y sigue en carrera para meterse en la etapa final del torneo. Y más allá de los números, este partido es un empujón anímico gigante: no todos los días se le gana al campeón del mundo, y menos en su casa.
Lo más destacable del equipo fue la reacción en el segundo tiempo. Se notó una mejora táctica enorme, sobre todo en defensa. Supieron aprovechar la superioridad numérica, fueron eficaces en los momentos clave y mostraron que cuando hay actitud, se puede competir contra cualquiera. Ahora queda seguir en esta sintonía, porque lo que viene no será fácil. Pero si Los Leones mantienen este nivel, la ilusión está más viva que nunca.
En su próximo partido deberán enfrentar de nuevo al mismo rival, lo que será otro encuentro picante y con mucho juego de parte de las dos selecciones.
Mirko Duliniec, 2*A TN