El pasado 7 de marzo, Bahía Blanca fue golpeada por un violento temporal que en pocas horas transformó la ciudad en un escenario de caos y destrucción. La tormenta trajo consigo lluvias torrenciales que superaron los 200 milímetros en algunos sectores, lo que provocó que el sistema de drenaje colapsara. Como consecuencia, las aguas anegaron barrios enteros, provocando la muerte de 17 personas, entre ellas niños y adultos mayores, y dejando a más de 1.450 personas evacuadas.
La ciudad bonaerense enfrentó una de las peores catástrofes naturales en su historia reciente. Las lluvias intensas y constantes generaron que el río que atraviesa la ciudad creciera descontroladamente, provocando inundaciones masivas. Las calles y avenidas se transformaron en ríos caudalosos, lo que aisló completamente a varios barrios. Las autoridades provinciales, junto con los equipos de rescate, trabajaron de manera urgente para sacar a las personas atrapadas en sus viviendas. Sin embargo, las complicaciones logísticas y la magnitud de la emergencia dificultaron las tareas de salvataje.
Las consecuencias materiales fueron devastadoras. Vehículos flotaban por las calles, casas de bajos recursos fueron arrasadas por el agua y los comercios quedaron sumidos en el caos. Las autoridades comenzaron a evaluar los daños económicos, aunque por el momento se estiman pérdidas millonarias.
En cuanto a la respuesta de los gobiernos local y provincial, los residentes de Bahía Blanca se mostraron indignados por la falta de medidas preventivas adecuadas para afrontar este tipo de situaciones. Desde hace años, los expertos habían alertado sobre los riesgos de inundaciones debido al crecimiento urbano desmesurado y la falta de inversiones en infraestructura hidráulica.
Organizaciones civiles y grupos vecinales exigen una planificación a largo plazo para evitar futuras tragedias. La reconstrucción de la ciudad, así como la planificación de obras hidráulicas de mayor envergadura, serán fundamentales para que Bahía Blanca pueda enfrentar la posibilidad de otro desastre similar en el futuro.
Facundo Damonte – 2°B Turno Mañana