Talleres no está pasando por su mejor momento en el Torneo Apertura y tampoco en el ámbito internacional, habiendo perdido en sus tres presentaciones por Copa Libertadores. Pero si se habla de la T, se habla de irregularidad constante, porque cuando arrancó su año ganó solo 1 de sus 7 primeros partidos (4 derrotas y 2 empates, sumando el triunfo ya mencionado). Sin embargo, el 5 de marzo de este año, por medio del punto penal, venció a River por la Supercopa Internacional, disputada en la Nueva Olla, estadio de Cerro Porteño, y sumaró su segundo título en su vitrina, al lado de la Copa Conmebol 1999.
La Supercopa ganada por Talleres frente a River en Paraguay.
Pero no todo fue fiesta y alegría para la T, porque en los siguientes seis partidos obtuvo cinco empates (con derrota en Copa Argentina frente a Deportivo Armenio y empate en el clásico) y la derrota frente a Sao Paulo, que dejó a Talleres sin técnico. Debido a esto, Pablo Guiñazú asumió como interino para buscar resultados.
Que empezó con una victoria frente a Gimnasia 2 a 0 y otros cinco partidos en donde cosechó tan solo un punto en las dos competencias que juega, demostrando que el equipo necesita encontrar rápidamente estabilidad para poder resolver las urgencias que necesita y poder encaminar el segundo semestre de la mejor manera.
El partido que dejó a Talleres sin chances de ir a los playoffs, sumando trece unidades en el campeonato: tan solo dos triunfos, siete empates y seis derrotas. Este sábado sufrió el golpe final: la T perdió 2-1 con Instituto y se fue el Cholo Guiñazú, víctima de un equipo que pasó de ganador a convertirse en esta sombra que navega por el torneo.
Por: Iván Cinti