Tragedia en el agua: murió un nadador de 73 años durante torneo en Córdoba

En el marco del Máster de Natación en el Estadio Mario Alberto Kempes, un hombre oriundo de Casilda, Santa Fe, perdió la vida tras una descompensación; el certamen fue suspendido y se revisan los protocolos de seguridad.

El domingo por la mañana se convirtió en un momento de dolor para el deporte y sus valores. El nadador federado Marcelo Chiapero (73 años), oriundo de Casilda, Santa Fe, murió tras sufrir una descompensación al culminar una serie de 50 metros en el Torneo Máster que se desarrollaba en la pileta olímpica del Estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba. 

Al salir del agua, Chiapero manifestó un malestar general y dolor en el cuello: esos fueron los primeros síntomas que la médica del evento consignó antes de que entrara en paro cardíaco. El equipo médico actuó de inmediato con maniobras de reanimación, pero las barreras técnicas comprometieron el resultado: el desfibrilador no estaba junto a la pileta y la ambulancia tardó en llegar según testigos. 

La organización del torneo, a cargo de la Federación Cordobesa de Natación (FCN), reconoció que la ambulancia demoró alrededor de quince minutos y explicó que el reglamento vigente exigía la presencia de médico y paramédico, sin obligar a contar con una unidad sanitaria fija en el predio.  A su vez, la justicia de Córdoba, a través del fiscal Horacio Vázquez, abrió una investigación para determinar si efectivamente hubo falla de seguridad que pudiera haber evitado el desenlace. 

El torneo, que convocaba a cerca de 400 nadadores federados y aficionados de distintas provincias, se interrumpió tras el incidente. Las categorías Máster y Premáster, que reúnen atletas de hasta 75 años, suelen destacarse por su espíritu competitivo y recreativo. Pero el episodio pone en evidencia el riesgo de subestimar los cuidados que una competencia de este tipo requiere. 

Hoy, el deporte argentino llora la partida de Chiapero. No solo porque era un nadador con trayectoria, sino por lo que representa la pérdida: un hombre que llegaba a la pileta con el deseo de competir, de superarse, de compartir. Y que, en un entorno donde el cronómetro siempre está activo, quedó atrapado por lo que nunca debería depender de él: la respuesta inmediata al imprevisto.

En su memoria, más allá del legado deportivo, queda la necesidad de reforzar lo imprescindible: protocolos claros, equipos listos, recursos junto al agua y no al costado. Porque cualquier segundo cuenta y, esta vez, el reloj corrió más rápido que la ayuda.

Santiago Duque, 2° A TT