El Manhattan Club Grand Café, uno de los puntos más reconocidos del corredor de la avenida Cabildo, cambiará definitivamente su fisonomía. La Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la solicitud para desmontar su distintivo techo vidriado, una marca visible del paisaje urbano porteño desde hace más de treinta años. La medida fue pedida por la empresa propietaria del inmueble, que proyecta un nuevo desarrollo edilicio en el lugar.
Ubicado en la intersección de Cabildo y La Pampa, el espacio fue durante los años noventa y comienzos de los 2000 un punto de encuentro para artistas, periodistas y estudiantes. Su estructura vidriada, visible desde distintos ángulos de la avenida, se convirtió en una referencia del barrio. Con el paso del tiempo, el local cambió de formato y nombre, aunque conservó gran parte de su estética original, hoy en proceso de transformación.
De acuerdo con los registros oficiales, el permiso concedido contempla la demolición total del edificio, luego de la presentación de los planos ante el Gobierno de la Ciudad. La decisión generó reacciones entre vecinos y en redes sociales, donde muchos recordaron el valor simbólico del lugar y su relación con una etapa de intensa actividad cultural en la zona norte. La iniciativa se suma a otras intervenciones recientes que modificaron la identidad arquitectónica de Buenos Aires.
Aunque aún no hay una fecha precisa para el inicio de las obras, el cambio se enmarca en un proceso más amplio de renovación urbana que avanza sobre diversas esquinas tradicionales. En los últimos años, varios cafés y restaurantes históricos cerraron o fueron reemplazados por emprendimientos inmobiliarios, especialmente en Palermo, San Telmo y Recoleta. El caso del Manhattan marca una nueva pérdida dentro de esa tendencia.
Por ahora, no trascendieron detalles sobre el proyecto que ocupará el terreno. Lo cierto es que la esquina de Cabildo y La Pampa, durante décadas un punto de referencia en Belgrano, perderá una de sus postales más reconocibles: la cúpula que acompañó buena parte de la vida social y cultural del barrio.
Alan Martínez, 2° A TT
