Personal femenino y usuarias de la Línea A del servicio subterráneo porteño viven momentos de tensión y consternación. Relataron que un hombre en situación de calle deambula por estaciones como Puan, Loria, Castro Barros y Flores, hostigando con insultos, herramientas, e incluso cuchillos, a quienes transitan esos espacios.
El primer incidente formal se registró el 10 de julio en la estación Puan, cuando una pasajera informó que fue insultada en forma agresiva. Al salir una trabajadora a investigar, el sujeto sacó un martillo oculto bajo su abrigo para intimidarla. Ese mismo día o poco después, se radicó la denuncia correspondiente en la Comisaría Vecinal 6-B.
La situación se repitió en otras estaciones del mismo trayecto, con hostigamientos verbales, escupitajos, gestos ofensivos e incluso intentos de agresión física —como tirar del pelo— dirigidos tanto a boleteras como a mujeres pasajeras.
El 24 de julio, durante patrullajes rutinarios en la estación Miserere, la Policía de la Ciudad detuvo al sospechoso, un hombre de alrededor de 31 años. La empleada de Emova que radicó la denuncia del 18 de julio lo identificó como el agresor. A pesar de ese arresto, fue liberado poco después y continuó sin ser ubicado, lo que generó alarma entre quienes transitan la línea.
Las autoridades de Emova afirmaron haber acompañado a las operarias en el proceso de denuncia y haber pedido intervención policial, aunque las víctimas aseguran que la respuesta fue insuficiente.
En definitiva, la Línea A del subte capitalino atraviesa un estado de “preocupación y estrés” creciente debido a la persistencia de estos episodios. Aun con múltiples denuncias que se registran desde julio y una detención que no derivó en una investigación activa, el temor sigue latente entre mujeres que trabajan o viajan por esas estaciones.
Alan Martínez, 2° A TT