Indiana fue la máquina perfecta en el sexto partido de las NBA Finals y derrotó con un contundente 108-91 a Oklahoma. Con este triunfo, puso la serie 3-3 y estiró la definición hasta el domingo, cuando los finalistas se medirán en el Paycom Center, casa de los Thunder.
Los Pacers de los milagros no se iban a quedar de brazos cruzados en el momento más difícil de la serie. Las papas quemaban previamente al sexto partido, con un 2-3 en el global luego de dos derrotas consecutivas y con Tyrese Haliburton arrastrando una molestia en el gemelo. Aun así, hicieron un partido impecable tanto en defensa como en ataque.
Los locales hicieron todo bien: defendieron con intensidad y forzaron 21 pérdidas de los desconocidos Thunder. Además, seis de sus jugadores lograron dobles dígitos en anotaciones. El más importante fue Haliburton quien, a pesar de no estar al 100%, fue la estrella de la noche con 14 puntos, un rebote, 5 asistencias y 2 robos. El base jugó un partidazo y sus compañeros no se quedaron atrás: Pascal Siakam sumó 16 puntos y 13 rebotes, Obi Toppin aportó 20 y 6, T.J. McConnell volvió a tener un ingreso magnífico desde el banco con 12 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias y 4 robos, y también se destacaron Andrew Nembhard (con 17 anotaciones) y Aaron Nesmith (con 10).
Los dirigidos por Rick Carlisle dieron la cara con una actuación notable y fueron superiores desde el primer hasta el último cuarto. Si bien comenzaron con el pie izquierdo, ya que malograron sus primeros ocho lanzamientos y se encontraban 10-2 por debajo en el marcador, se despertaron rápidamente. A partir de allí fueron impecables y ganaron los primeros tres cuartos, evitando que Oklahoma tomara el control del partido y se lleve el anillo a casa.
Por el otro lado, el rendimiento de los visitantes fue una sombra de lo que mostraron en los partidos anteriores. Ni Shai-Gilgeous Alexander, MVP de la temporada, pudo sentenciar una serie que parecía liquidada y darle el título a Oklahoma. Si bien sumó 21 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, cometió 8 pérdidas, igualando el peor registro de su carrera. Jalen Williams fue el único que logró dobles dígitos con 16 unidades, pero el resto del equipo estuvo lejos de lo que venía mostrando.
Más allá de la localía en el Juego 7, los Thunder llegarán con más dudas que certezas luego del flojísimo sexto partido en Indianápolis. Las fallas en defensa y la falta de fluidez le provocan un dolor de cabeza a los dirigidos por Mark Daigneault.
Estas finales demostraron ser una de las mejores en los últimos años. Será la vigésima vez en la historia y la primera desde 2016 que una serie por el título llega al séptimo partido. Hace nueve años, los Cleveland Cavaliers de LeBron James dieron la sopresa y consiguieron el título en casa de los Golden State Warriors de Stephen Curry tras remontar un 1-3 global.
El domingo a las 21 veremos una final histórica en el Paycom Center de Oklahoma. Por un lado, los locales intentarán conquistar su segundo título (el primero fue en 1979) y por el otro, Indiana buscará hacer historia con un triunfo como visitante que lo consagre por primera vez como campeón de la NBA, algo que ni siquiera el mítico Reggie Miller pudo conseguir.
Matías Stroker, 2°A TN