Un proyecto social y medioambiental con conectividad en la Villa 20 de Lugano

Se llama Atalaya Sur y surgió en el 2014; tras 9 años de trabajo comunitario logró la conexión de más de mil hogares y puestos de trabajo en las empresas de telecomunicación.

El IIED-AL es una organización que contribuye al desarrollo de sociedades más participativas, democráticas y sustentables, y se dedica desde hace 30 años en la reurbanización, medio ambiente y desarrollo. Y hoy está llevando adelante un proyecto social en la Villa 20 del barrio porteño de Villa Lugano.

También se puede ver en varios lugares, como México, Brasil y Argentina y busca generar vínculos nuevos en ciudades para aportar metas. Especialmente en este barrio se busca incorporar un punto de vista medioambiental a la reurbanización.

Ya se encuentran realizando diversas reformas en diferentes pasajes del barrio, buscando mejorar las condiciones de vida de todos los vecinos. Poseen señal, conexión a wifi y varias personas ya pudieron conectarse con sus seres queridos a través de un mensaje, niños ya pueden ver videos y entretenerse con las computadoras. Para que todo esto sea posible, se puso en marcha una red wifi pública, libre y gratuita.

Este proyecto fue pensado como un punto de vista y una posibilidad para los barrios populares, en el cual circule toda la información, la opinión y los contenidos culturales propios del lugar.

Desde el 2016, la red se extendió hacia la conexión domiciliaria y los vecinos que son parte de la red pagaban por el abono del servicio. Ya para el 2020, el avance resultó trascendental, ya que el acceso a internet fue tan necesario como para llevar a cabo el ámbito educativo como laboral. Un año antes, sucedió lo del COVID-19 y Atalaya consiguió escalar a 60 casas conectadas, unos 500 hogares.

Si bien todo era escaso y la virtualidad no era bien entendida, se está enseñando ahora cómo descargar archivos, cómo ver los boletines virtuales, cómo hacer tramites online y hasta en algunos casos, usar WhatsApp. Atalaya sabía acompañar y escuchar cada historia, para poder atravesar la pandemia de la mejor manera.

Hoy en día, todo volvió a la normalidad; por la mañana hacen talleres para los niños y por la tarde alfabetización. Hasta el momento, 40 chicos de entre 5 y 16 años forman parte de este proyecto. También ofrecen cursos como Operador de Conectividad o talleres de Tecnología, en el cual están anotadas alrededor de 15 madres, que aprender para poder ayudar a sus hijos.

Ya son 16 chicos los que consiguieron su primer trabajo, ya que el proyecto contaba con una red de empresas de telecomunicaciones para instalarlos en un mercado laboral.

Para un futuro, el mayor deseo es replicar esta propuesta a nivel nacional y mundial. Y generar diversos puestos de trabajo y varias oportunidades para todos.

Ivana Ríos, 2° A TT