En el barrio Mujica, el vínculo entre deporte y religión se sostiene en gran parte gracias al aporte de los curas villeros que se encuentran al servicio de su comunidad.
Desde la capilla de la Virgen del Rosario el Sacerdote Agustín López nos contó su labor en el barrio.
En gran medida su colaboración, se hace presente para que los vecinos más necesitados de la zona tengan dónde y cómo cubrir las necesidades sociales y básicas de la vida cotidiana.
Más allá de la oración y la palabra, el cura puede ayudar a sostener esto gracias a la organización con la que suministran sus tiempos y recursos.
Dentro del Barrio Mujica son 2 curas los que se encuentran pendientes de la labor.
“Vienen de todas las edades, viene mucha gente de la tercera edad”
Las capillas se distinguen por su particularidad, por ejemplo cubrir un área de una edad social muy puntual. Por un lado, el comedor saludable, las madres y bebés recién nacidos, los más jóvenes, el grupo Cenar y el grupo misionero.
La actividad con los jóvenes transcurre en el Club Parroquial Padre Carlos Mújica, lugar de mayor concurrencia para que los jóvenes puedan vincularse socialmente. Funcionando como lo que es también, un club de barrio.
Es clave porque funciona como herramienta educativa, se juega fútbol y hockey.
“El deporte es utilizado como una herramienta para transmitir valores”
También es verdad que nuestra mano pasa desapercibida por momentos, pero al poder entrevistar a Agustín López Solari, cura de la villa 31. Se pudo visibilizar como en gran medida su colaboración se hace presente para que todo funcione como se debe.
Nos contó un poco sobre sus inicios como sacerdote del barrio y como vinculaba el deporte, principalmente el fútbol, con estas prácticas religiosas; Haciendo referencia hacia el rol que cumple el estado en este tipo de causas
El rol que cumplen los famosos «potreros” en la vida de los pibes y de las pibas es fundamental, y en esta producción audiovisual se lo mostramos.