Phelps, un fenómeno de la natación que se lanzó de cabeza a la gloria

El estadounidense logró romper records de todo tipo llegando a ser una de las máximas leyendas de los Juegos Olímpicos de verano.

Su nombre es conocido por todos en el mundo del deporte gracias a todo lo que logró en el ambiente profesional de las piscinas, pero él va más allá de lo acuático, es un profesional en todas las áreas donde compitió y ya desde chico marcaba la diferencia.

Es Michael Fred Phelps considerado el mejor nadador de todos los tiempos. Durante muchos años, quien se llevaba ese título que hoy él ostenta, tuvo nombre y apellido: Mark Spitz, oriundo de California y compatriota de Phelps.

Con una carrera muy corta, Spitz logró todo lo que quería y anhelaba. Cada competencia que iba, rompía récords e incluso se veía venir lo que iba a pasar. En su primer panamericano (Winnipeg 1967) se llevó 5 medallas doradas haciendo su carta de presentación ante los ojos del mundo, pero previamente ya se destacaba en el ámbito universitario, donde terminó logrando 8 títulos de la NCAA en dicha categoría.

En Winnipeg demostró lo que era capaz, más tarde fue partícipe de los Juegos Olímpicos de México 1968, en los cuales se llevó 2 medallas de oro, 1 de plata y 1 de bronce, esto tan solo con 18 años de edad. Este adolescente se llevó las miradas de todo el público que asistió a las pruebas de natación que empezó a hacer eco de sus logros. Sin embargo, él no estaba conforme con lo hecho y fue por más, participando de toda competencia que tenga por delante sumando una experiencia increíble para lo que venía.

En los Juegos de Múnich 1972 llegó como máximo favorito a todas las pruebas posibles, pero nadie se imaginaba lo que iba suceder días después de que arrancaron los Juegos. Pateó todos los tableros y consiguió 7 medallas doradas, rompiendo los récords olímpicos conseguidos hasta el momento en cada una de las pruebas. Así también se convirtió en el primer atleta de la historia del olimpismo en conseguir todas las marcas juntas (100 metros libre, 200 metros libre, 100 metros mariposa, 200 metros mariposa, 4×100 estilo libre, 4×200 estilo libre, 4×100 medley). Luego de conseguir todas las medallas doradas posibles y en cada una romper los récords, anunció su retiro, algo lógico ya que no tenía nada más por ganar o probar.

Sus logros quedaron vigentes por 36 años seguidos, hasta que en Beijing 2008 emergió una verdadera bestia, un deportista que iba a marcar un antes y un después en la historia del deporte, alguien que no parecía ser de este mundo: Michael Phelps, un chico estadounidense que era una máquina de ganar. Estaba preparado para comerse el mundo.

Phelps ya venía haciéndose notar entre los mejores. Había participado en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 ganando 8 medallas en 8 pruebas. Pero su pico máximo iba a llegar en Oriente. El estadounidense ganó todas las pruebas con récords mundiales y se convirtió en el mayor medallista de oro en una misma edición olímpica, superando a Spitz.

Este joven se convirtió en noticia mundial y ganó premios al ser el deportista individual que más noticias generó en todo el mundo. Y cómo no ser noticia después de ganar todo lo que ganó tanto individualmente y en equipo, ninguno otro tenía chance con el equipo estadounidense de natación en la vereda de enfrente.

Con tan solo 23 años, ya era considerado uno de los mejores deportistas de los Juegos Olímpicos de verano de toda la historia, pero a diferencia de Spitz él no se quedó ahí, compitió en las próximas dos citas olímpicas, Londres 2012 y Río 2016 (volviendo de su retiro y logrando 5 medallas de oro y 1 de plata estirando su palmarés).

El nombre de Michael Phelps va a quedar en la historia junto con el de Mark Spitz, ya que los récords están para romperse, y solamente el futuro dirá  si alguien puede estar a la altura de estos extraterrestres del deporte.

Thomas Bermudez 2ºA turno tarde