«Tan distinto como yo», una historia que derriba prejuicios

¿Es posible que una persona de clase social baja y que vive en la calle pueda salvar el matrimonio de una pareja, o que simplemente nos dé un ejemplo y lección de vida?

Cuando la felicidad une a diferentes status.

La respuesta es sí, existe esa posibilidad y la podemos ver reflejada en “Tan distinto como yo”, una película basada en hechos reales que cuenta la historia de Denver y que realmente hará reflexionar a más de uno.

Este indigente que causa pánico ante la sociedad, que fue abandonado, maltratado, que fue marginado por pertenecer a otro status social, pone a prueba cada sentimiento moral e invita a meditar nuestras acciones ya que su gran corazón se antepone por delante de su triste historia y nos abre los ojos ante un mundo despiadado y cruel.

Siguiendo las tradiciones a las cuales estamos acostumbrados, no es nada raro pasar por delante de este tipo de personas haciendo un punto ciego en donde se encuentran sentados o haciendo oídos sordos a una solicitud de ayuda que nos puedan pedir. Si bien son los menos, existen personas que antes de su situación de calle, tenían un techo y hasta eran padres de familia.

En la película podemos observar como este estereotipo en Denver está presente. Una mujer de clase social alta pero que tiene la humildad de ayudar a otros —Debbie— está atravesando problemas en su matrimonio y encuentra en Denver un ser de luz que tiene mucho amor para dar. De este modo, y aunque pueda parecer increíble para muchos que un hombre en esa situación pueda poner en tela de juicio nuestro propio actuar, así sucede.

Denver no solo apoya a esta mujer e intenta salvar su matrimonio, sino que «golpea» sabiamente a Ron, el marido de Debbie, un hombre totalmente frío, provocando que de repente su vida gire de norte a norte, a partir de las palabras sabias que hacen que su corazón se ablande por completo y pueda ver lo valioso que es la vida y la familia.

Es una historia verídica que narra una perspectiva diferente. No encontraron la solución a sus problemas dentro de su círculo de amigos ni tampoco en un psicoanalista de parejas, la encontraron en este humilde caballero, que fue marginado de la sociedad y que todo el odio que él pudo absorber de los demás, lo transformó en amor puro. Una enseñanza de que cada uno da, lo que tiene dentro.

Es una caricia al alma saber que existe este tipo de personas, y una pena que no las hagamos visibles a nuestros ojos. Seguramente, no vamos a estar contándole a un extraño los problemas personales y menos maritales, pero cuando lo realizamos frente a un profesional, ¿es tan distinto?

Denver a lo largo de la película va filosofando, trayendo recuerdos y enseñanzas pero sobre todas las cosas, sus ganas desaforadas de ser querido por alguien, y logra que el espectador pueda llegar a empatizar con ese sentimiento. ¿Cuántas veces nos hemos refugiado en el dolor y la soledad? “Es increíble lo que se puede lograr con un poco de amor”, una de las frases más lindas que se oirá en la boca de este hombre.

Volviendo al caso real, Ron y Denver recaudaron una suma superior a los 85 millones de dólares para ayudar a indigentes que están en situación de calle y para abastecer también a comedores comunitarios, como el que trabajada Debbie. Nuestro protagonista murió el 31 de marzo de 2012. Gracias a él y a esta pareja de esposos podemos comprobar de cerca que, realmente, es increíble lo que puede lograr un poco de amor.

Cuesta creer, pero a veces en las personas menos esperadas encontramos la bondad y la solidaridad que realmente necesitamos. No por tener menos en lo material, va a significar que no estés a la altura de la circunstancia en cuestiones de sentimientos, y en esta película queda totalmente demostrado.

La humildad engrandece a las personas más allá de su estatus social; lo que tenemos en la vida nos ayuda a vivir; lo que damos a las personas pueden cambiar sus vidas.

«Nunca mires a nadie hacia abajo, a no ser que le estés ayudando a levantarse.»

Mariano Bruno