Diarios de un intercambio: un viaje a la aventura

Viajar es despegarse de la rutina, es encontrarse con esa foto soñada, descubrir como se reacciona al silencio de la montaña, al bullicio del mar […]

Viajar es despegarse de la rutina, es encontrarse con esa foto soñada, descubrir como se reacciona al silencio de la montaña, al bullicio del mar o a la brisa del lugar, es dejarse llevar por las alas de los sueños para recorrer otras culturas, otros paisajes sin importar la distancia; porque la vida es un viaje y el destino cumplir sueños. Por eso es una de las actividades preferidas por muchos y describe con exactitud la sinopsis de este film donde dos amigas estudiantes de una escuela de Brasil deciden cambiar sus vidas en un viaje de intercambio a Estados Unidos, con el fin de hacer realidad su deseo de vivir por un tiempo en New York. Sin embargo no todo iba a ser como lo soñaban, desde un primer momento y ya en destino, terminan viviendo en una casa de una fría región norteamericana con un clima totalmente distinto al que estaban acostumbradas en Brasil y lejos de la ciudad elegida.

Emigrar al extranjero es un proyecto que conlleva analizar muchos puntos sobre la balanza, como también observar el contexto social, político y económico en la cual uno se encuentra y espera. No hay dudas que en las últimas décadas hay una tendencia de jóvenes que buscan de diferentes maneras adquirir una nueva experiencia de vida y aprovechar la oportunidad de descubrir el mundo por medio de sistemas de estudio y/o laboral. Lo cierto es que no es fácil adaptarse a un nuevo país y surgen vicisitudes difíciles de prever, tal como sucede con las protagonistas de la película: Barbara y Talia, que se largaron a la aventura y se meten en una serie de situaciones absurdas, por lo que se dan cuenta que realizar sus sueños puede traer muchas sorpresas. Diarios de un intercambio es una comedia romántica de entretenimiento para todas las edades y que de alguna manera deja un mensaje inspirador para todos aquellos que le gustan los desafíos y los viajes.

Marcos Calabrese