El 97% de víctimas de accidentes de tránsito necesitan asistencia psicológica, social y legal

Los accidentes de tránsito son tormentosos para cualquier individuo que los experimente. En la mente quedan claros recuerdos tortuosos, sobre todo si se vivenció una […]

Los accidentes de tránsito son tormentosos para cualquier individuo que los experimente. En la mente quedan claros recuerdos tortuosos, sobre todo si se vivenció una escena que haya dejado en el camino alguna víctima fatal. A raíz de esto, la línea telefónica 149 brinda cierta protección y cobijo a las personas que atraviesan semejante momento. La misma recibió una cantidad importante de llamados el último mes, arrojando datos elocuentes divididos en tres aristas: 39% ayuda legal, 30% psicológica y un 28% requerimiento social. La Administración Nacional de Seguridad Vial (ANSV) se encarga de coordinar esta emergencia junto a diferentes ministerios.

De esta manera, la atención que brinda la línea telefónica es gratuita en todo el país y se encuentra disponible las 24 horas del día a lo largo de todo el año. La misión de acompañamiento, solvencia y resolución ante estos problemas son primordiales: asistir psicológicamente, dar rehabilitaciones médicas, necesidades jurídicas y legales, como también gestionar traslados y cuestiones burocráticas en organismos públicos y privados para los mismos y para las familias.

Otro de los datos esclarecedores por parte de la línea, son quienes realizan los llamados pertinentes. Por una parte se encuentra el 59%, quienes son los propios familiares de las victimas los que marcan los tres números para obtener asistencia. El 41% restante lo realizan los mismos damnificados. La ANSV logró solucionar el 55%, mientras que el 45% requirió de ayuda adicional de otros organismos, según información del mes pasado. La inmediatez en el 48% de los accidentes viales se hizo presente a la hora de la resolución. La misma suerte no corrió para el 52% restante, quienes una vez iniciado el llamado, necesitaron de 10 días de atención.

Por su parte el director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, se manifestó en referencia a los siniestros: “Ante estas situaciones de tanto dolor, tenemos la responsabilidad como Estado de acompañar a las familias y ayudar en todo lo que tengamos a disposición para que puedan salir adelante». A la vez remarcó el abrigo que requieren estos acontecimientos desafortunados recalcando que “todas aquellas personas que sus vidas fueron atravesadas por un hecho vial, sepan que cuentan con esta red de asistencia en todo el país”.

En sintonía con lo dicho por Carignano, el resonante caso de Luz Piñero, de 19 años, quien perdió a su esposo en un accidente en junio (no llevaba puesto el cinturón de seguridad), obtuvo asistencia no sólo psicológica y también económica por parte del Programa Ayudas Urgentes del Ministerio de Transporte y del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. De la ciudad de Villaguay, Entre Ríos, su marido era el que mantenía a la familia (tienen una hija de un año) y post siniestro, Luz vivía con alguna ayuda familiar antes de ser incluida en el mencionado organismo.

No es para menos subrayar que sólo la mitad de los vehículos tienen a todos las personas que ocupan asiento en el mismo con el cinturón de seguridad correspondiente, según los datos entregados por el Observatorio Vial de la ANSV. Desde la OMS aclaran que el 50% de riesgo mortal es reducido cuando se tiene enlazado dicho utillaje.

La parte económica es evaluada y depende de cada caso que puedan hacerse de un subsidio del Estado. En cuanto al sector médico (gastos y rehabilitaciones), son articulados por el sector de la salud pública y no por el Programa Ayudas Urgentes del Ministerio de Desarrollo Social.

Matías Martinelli