Néstor «Che» García afrontará el mayor desafío de su carrera

“¿Vos querés estar arriba? Entonces contratame a mí”, eso le dijo Néstor García al presidente de Peñarol de Mar del Plata mientras sostenía un recorte […]

“¿Vos querés estar arriba? Entonces contratame a mí”, eso le dijo Néstor García al presidente de Peñarol de Mar del Plata mientras sostenía un recorte de diario con las posiciones históricas de la Liga, que ponía a Atenas en lo más alto mientras que los marplatenses estaban abajo.

Este es solo un ejemplo de la personalidad especial que García tiene. Un entrenador exigente y de mucho carácter que tendrá la oportunidad de dirigir a la selección argentina en un proceso olímpico, donde tendrá tres años para intentar plasmar su estilo dinámico e intenso a la hora de defender en el combinado nacional.

Jamás le tembló el pulso a la hora de tomar riesgos, tanto dentro como fuera de la cancha. Un gran ejemplo de esto se dio en 1988, cuando con tan solo 23 años aceptó el ofrecimiento del histórico entrenador puertorriqueño, Julio Toro, para irse al país boricua a ser su asistente.

En esa isla no solo fue apadrinado por Toro, a quien acompañó como ayudante en distintos equipos  incluyendo a la selección nacional de Puerto Rico, sino que también recibiría el apodo de “Che” que hace alusión a Ernesto Guevara y que lo acompañó durante toda su carrera.

Tras un primer año aprendiendo del histórico entrenador boricua, García tuvo la oportunidad más grande de su vida: debido a que el recientemente contratado Paul Westhead (entrenador que dirigió a los Los Angeles Lakers de Magic Johnson) pidió una semana para instalarse en el país, el Che se hizo cargo de los Gigantes de Carolina con tan solo 25 años. Y si bien al principio solo era por 5 partidos, su buen rendimiento hizo que el club decidiera apostar por él luego de que lo del estadounidense no se concretara.

Tras dos años de aprendizaje en Puerto Rico regresó a Argentina en donde encadenó una época de éxitos. Primero en Estudiantes de Bahía Blanca, en donde permaneció hasta 1992 y cayó en las finales de 1991 ante GEPU, para luego irse a Peñarol de Mar del Plata, en donde se mantuvo 5 años y cumplió con su promesa de dejar al equipo en lo más alto tras ganar la Liga Nacional de 1994. Tres años después firmó con Boca, en donde perdió la final de 1998 y con apenas 32 años se convirtió en el primer entrenador en llegar a tres finales con tres equipos distintos

García abandonó al «xeneize» a finales de 1999 para regresar a Puerto Rico, esta vez al mando de Cangrejeros de Santurce. Dicho ciclo marcaría un punto importante en su carrera, ya que a partir de ese momento el Che se transformó en un nómada del básquet, que durante muchos años no permaneció por más de un año en ningún club, dirigiendo en un total de 9 países distintos.

Durante un lapso de 10 años, dirigió un total de 15 clubes en 7 países distintos. Pasó por Puerto Rico, Argentina, Uruguay, Venezuela, México, Brasil e incluso Arabia, en donde toda una hinchada rezó por él y lo cuidó cuando este se encontraba grave tras sufrir un accidente mientras andaba en una moto de agua.

Pero a pesar de no mantenerse mucho tiempo en los clubes, esto no hizo desaparecer su exigencia y su espíritu competitivo, ya que en ese período conquistó una liga venezolana con Trotamundos Carabobo en 2006 y una liga uruguaya y un Sudamericano de Clubes en 2009 con el Club Biguá de Villa Biarritz.

Luego de un paso fugaz por Minas Tênis Clube de Brasil, el bahiense llegó a la selección argentina de básquet como asistente de Julio Lamas, siendo esta su segunda experiencia en un combinado nacional (ya había dirigido a Uruguay en 2003). Bajo ese cargo, el Che ganó el Preolímpico de 2011  y un año después asumió tras la dimisión de Lamas, ganando el Sudamericano de Mar del Plata.

Al año siguiente asumió el mando en el seleccionado de Venezuela y volvió a encontrar su lugar en el mundo. En sus 4 años allí, el Che logró convencer a sus dirigidos de que podían plantarle cara a los grandes del continente y logró explotar todo su potencial.

Si bien se quedaron a las puertas del Mundial en 2014, en ese mismo año ganó el Sudamericano tras vencer a Brasil en semifinales y a la Generación Dorada en la final. Pero su hazaña más grande se dio en el Preolímpico de México, cuando lograron batir a una Canadá plagada de jugadores NBA en semifinales y nuevamente a Argentina en la final, metiendo a Venezuela en un Juego Olímpico luego de 24 años.

Tras esto, el Che volvió a su habitual rutina de permanecer poco tiempo en cada equipo. Tras un breve paso por Quimsa decidió probar suerte en el Fuenlabrada español, donde metió a su equipo en Copa del Rey, pero nuevamente decidió arriesgarlo todo para disputar el Mundial de China 2019 con la República Dominicana, con la cual logró una histórica clasificación a segunda ronda.

Ha superado incontables desafíos desde el comienzo de su carrera, y es justamente esa cualidad de salir constantemente de su zona de confort para asumir los retos la que lo hace la persona más apta para comandar a la escuadra nacional en los próximos Juegos Olímpicos de París en 2024.

 

Francisco Javier Marando, 2° B, turno mañana