Llego el momento que nadie quería

La derrota de Argentina frente a Australia en el básquet masculino no fue una más. No solo indica que el seleccionado quedó fuera del certamen, […]

La derrota de Argentina frente a Australia en el básquet masculino no fue una más. No solo indica que el seleccionado quedó fuera del certamen, sino que marca el fin de una era. Luis Alberto Scola cerró su participación con la albiceleste luego de 22 años, tras debutar un 15 de junio de 1999. Luego de Ginóbili, Nocioni, Oberto, Sánchez y Delfino, fue el momento del que nunca negoció las ganas ni el sacrificio a la hora de defender nuestros colores. Se retira el último eslabón de aquel gran equipo de Atenas 2004 y lo hace como una leyenda. Así se lo hicieron notar tanto sus compañeros de equipo como los rivales. Australia se sumó al minuto de aplausos para Scola cuando salió ya finalizando el juego y este se detuvo completamente solo para admirar su grandeza y despedirlo como se merece.

“Uno por ahí espera que tus compañeros o entrenadores te reconozcan pero en un momento levanté la cabeza y vi a los rivales aplaudiendo y me golpeó un poco. Lo agradezco mucho, de corazón”, dijo el protagonista luego del encuentro en zona mixta. Y agregó: “Mucha gente puede decir muchas cosas de mí, algunas buenas y otras malas pero nunca nadie va a decir que no trabajé. Con eso estoy tranquilo”.

A sus 41 años, “Luifa” se convirtió en el cuarto máximo anotador en la historia de los Juegos Olímpicos, solo por detrás de Oscar Schmidt, Andrew Gaze y Pau Gasol. Contrariamente a lo que alguno podía llegar a pensar previamente, fue el mejor jugador argentino del torneo, por encima de nombres como Campazzo o Deck.

Por otra parte, la selección tuvo un flojo partido, sobre todo en la segunda mitad, y el marcador final registró una diferencia de 38 puntos. Argentina sufrió en la elaboración de las jugadas, con tiros muy forzados, y no pudo sacar ventaja de la ausencia del pívot australiano Aron Baynes.

Se esperaba mucho más de este equipo teniendo en cuenta el subcampeonato logrado recientemente en China 2019, con notorias mejorías en cuanto a lo individual del plantel, como los casos de Campazzo, Deck, Vildoza o Bolmaro. La actuación colectiva no fue la esperada, pero cierto también es que los rivales tampoco fueron de los más accesibles. Desde el comienzo ya había que estar muy bien desde lo físico y desde el juego para darle batalla a la Eslovenia de Luka Dončić. No sucedió, tal vez por falta de ritmo, teniendo en cuenta que desde el Mundial de 2019 tan solo hubo 3 partidos de preparación en Las Vegas y el conjunto europeo ya venía jugando para clasificar a la fase de grupos.

Luego llegó el turno de España, rival difícil si los hay. Con los Gasol a la cabeza y Ricky Rubio como principal amenaza, el conjunto albiceleste cayó por 10 puntos ante el campeón mundial y dejaba comprometida su clasificación a los cuartos de final. Un buen primer cuarto para los de Hernández, que no pudieron replicarlo en los 3 posteriores y dejo como resultado final un  81-71 a favor de los europeos.

Contra Japón el equipo jugó bien y logro el primer objetivo clasificando a cuartos de final, luego de que Estados Unidos le ganara a República Checa. No era un rival de la misma magnitud que los anteriores, pero al local siempre hay que tenerle respeto.

Finalmente, el partido con Australia. Otra vez, un gran primer cuarto de Argentina, en el que logró dominar al rival pero no lo pudo replicar luego. Alta efectividad en tiros de campo y triples, sumados a una gran defensa hacían poner incomodo al conjunto oceánico. El triple dejó de entrar, Australia ajustó en defensa y casi que con facilidad se llevó el encuentro con un parcial de 37-11 en el Último cuarto.

Se termina la ilusión argentina en estos JJ.OO. de Tokio 2020+1 y se lleva consigo el retiro del mejor jugador de la historia de la Selección. Para destacar: una vez más nos dejaron bien representados, entre los 8 mejores del mundo.

Maximiliano De Clementi