Covid-19 prolongado: ¿de qué se trata?

El mundo cuenta con más de 183 millones de personas contagiadas por Covid-19 y lamenta casi 4 millones de fallecimientos. Actualmente, entre quienes han transitado […]

El mundo cuenta con más de 183 millones de personas contagiadas por Covid-19 y lamenta casi 4 millones de fallecimientos. Actualmente, entre quienes han transitado la enfermedad, existe un síntoma que presenta efectos del virus en aquellos que ya no están infectadas, pero poseen secuelas en su salud. Este fenómeno fue catalogado como Covid-19 prolongado, o Long Covid.

La particularidad del COVID prolongado es, como su nombre lo indica, que el período de síntomas puede extenderse, sin tener un plazo fijo de cuándo desaparecerán. La capacidad de transmitir el virus perdura de 7 a 10 días desde el contagio, y si luego de este período los síntomas son leves o nulos, se le otorgará al paciente el alta epidemiológica. Sin embargo, hay casos en los que personas padecen síntomas hasta más de un año después de su infección inicial.

Según diferentes estudios, el Covid-19 prolongado afecta al 30% de personas, aunque la cantidad de personas que recurren a guardias y presentan síntomas relacionados con el virus son el 80% de los pacientes.

Actualmente, la Argentina no cuenta con cifras exactas sobre este fenómeno. En Reino Unido, por ejemplo, según la Oficina de Estadísticas Nacionales -ONS-, el número de individuos con COVID prolongado luego de un año es de 450 mil casos aproximados.

Entre los problemas que acarrea el Covid-19 prolongado se encuentran trastornos en el olfato, tos, cansancio o dolor muscular/articular, disnea -falta de aire/dificultad para respirar-, presión alta o dolores de cabeza. Entre otros grupos más reducidos de personas se veían síntomas intestinales, problemas de piel, palpitaciones u otras anomalías cardíacas -miocarditis-, trastornos en el sueño, o incluso mentales.

Sobre esto último, Marta Cohen, patóloga pediátrica argentina en Inglaterra, declaró que se pueden dar “secuelas psiquiátricas, las cuales, tras una infección por COVID-19, afectan la salud mental de pacientes de todas las edadesdesde adultos hasta adolescentes y niños”. Entre estas secuelas enumeró problemas de ansiedad, estrés postraumático y depresión.

Incluso se encuentran casos de personas que, transcurren la etapa inicial del contagio asintomáticos, mas no se encuentran exentos del Covid-19 prolongado. Las consecuencias que pueden padecer estas personas son dolores de pecho, palpitaciones o falta de aire cuando se realiza un esfuerzo físico.

Algunos de los casos que más impacto fueron los de los jugadores de River Plate Paulo Díaz y Enrique Bologna, que en los compromisos con sus respectivas selecciones seguían dando positivo en PCR para el Covid-19 incluso pasadas ya 4 semanas del contagio inicial.  Díaz padeció una miocarditis; mientras que Bologna, una neumonía.