La NBA, hasta principios del 2000, no era apta para cualquier jugador y, menos que menos, para un extranjero. Es por eso que el martes 31 de octubre del año 2000 es una fecha única para el básquetbol argentino: la bandera celeste y blanca flameó, por primera vez en la historia, dentro de la NBA de manera oficial.
Juan Ignacio Sánchez y Rubén Wolkowyski fueron los encargados de pisar y dejar huella de suelo argentino, en los estadios estadounidenses. “Pepe” Sánchez lo hizo con Philadelphia Sixers y “Colo” Wolkowyski, apenas unos minutos más tarde, hizo lo suyo con Seattle SuperSonics.
Pepe tuvo 2 asistencias en 2:28 minutos de juego, en el triunfo de su equipo ante New York Knicks por 107-72 en el Madison Square Garden de New York. Por su parte, el Colo aportó 2 rebotes, un tapón, una falta personal y 0-4 en tiros de campo en 11:47 minutos de juego, donde fueron derrotados por 98-88 ante Vancouver Grizzlies -hoy reubicados como Memphis Grizzlies-, en el General Motors Place de Vancouver, Canadá.
El debut en la liga más importante del mundo tiene un sabor especial al ser los primeros, y más aún conociendo el esfuerzo y los obstáculos que cada uno de ellos tuvieron que superar para llegar a lo máximo del básquetbol.
Juan Ignacio Sánchez partió hacia los Estados Unidos en 1996, con el fin de disputar la liga universitaria para la Universidad de Temple. Llegó a los Sixers desde la universidad, donde se destacó sobre su competencia, pero no fue seleccionado en el Draft del 2000. Acá es donde aparece Billy King, general manager del equipo, que lo había visto como sparring y terminó ofreciéndole un contrato para ser parte del equipo aquella temporada. Pepe terminó disputando 38 partidos contando Philadelphia Sixers, Atlanta Hawks, Detroit Pistons y Golden State Warriors.
En cuanto a Rubén Wolkowyski, el camino fue mucho más largo: lo más cerca que había estado el Colo de la NBA era la televisión. Paul Westphal, entrenador de los Seattle SuperSonics, comenzó a seguirlo tras un torneo en Amsterdam que disputó con la camiseta de Estudiantes de Olavarría. Lo siguió durante toda la temporada en la Liga Nacional, donde se consagraron campeones y él se llevó el MVP de la temporada. El pivote chaqueño disputó dos torneos en Estados Unidos, en Los Ángeles y Boston, y allí firmó su contrato con los Sonics. Por su parte, Wolkowyski jugó 41 partidos entre los Sonics y Boston Celtics.
Ambos pioneros argentinos fueron partícipes de grandes momentos del seleccionado argentino: obtuvieron la medalla de plata en el Mundial de Indianápolis 2002 y la tan gloriosa medalla de oro en Atenas 2004.
El siguiente en llegar a lo más alto del básquet fue, nada más y nada menos, que Emanuel Ginóbili, el 29 de octubre de 2002, donde logró 7 puntos, 4 robos, 3 asistencias y 2 rebotes en 19:39 minutos, en la victoria de San Antonio Spurs ante Los Ángeles Lakers por 87-82. Manu hoy es considerado para entrar al Salón de la Fama de la NBA, aunque tendrá que esperar hasta la temporada 2021-2022 para tal logro.
La llegada de argentinos a la NBA inició un camino de grandes jugadores que pasaron por allí, abriéndole los ojos de Estados Unidos demostrando el talento nacional. Desde ese tan glorioso 31 de octubre del año 2000, además de Sánchez y Wolkowyski, 10 fueron los jugadores nacidos en este país que lograron llegar a la cima del básquetbol: Emanuel Ginóbili (San Antonio Spurs), Carlos Delfino (Detroit Pistons), Andrés Nocioni (Chicago Bulls), Fabricio Oberto (San Antonio Spurs), Walter Herrmann (Charlotte Bobcats), Luis Scola (Houston Rockets), Pablo Prigioni (New York Knicks), Nicolás Laprovíttola (San Antonio Spurs), Nicolás Brussino (Dallas Mavericks) y Patricio Garino (Orlando Magic).
Luciano Marmo, 2° B, turno mañana