The Disaster Artist: la pesadilla de Novak Djokovic en el US Open

La furia es algo que el ser humano llevó siempre en su interior. Sin embargo, cada uno es capaz de utilizar esa furia en su […]

La furia es algo que el ser humano llevó siempre en su interior. Sin embargo, cada uno es capaz de utilizar esa furia en su interior; yendo a lo deportivo, Michael Jordan, el mejor basquetbolista de la historia, utilizaba esa furia para motivarse y alcanzar sus objetivos, y esa fue la fórmula para conseguir sus seis anillos de la NBA. Diego Maradona utilizó su furia para realizar aquella acción epopéyica frente a Inglaterra en el Mundial de México 86’. Sin dudas el serbio Novak Djokovic es uno de los tenistas más dominantes de la actualidad; sin ir muy lejos, lidera el ranking ATP. Pero la figura del deportista no se limita solamente a lo que sucede dentro de una cancha; Nole es el que ganó ocho veces el Abierto de Australia, y también es el que, el domingo, fue descalificado del Abierto de Estados Unidos por pegarle un pelotazo a la juez de línea Laura Clark.

Más allá de las nulas intenciones del tenista para lastimar de alguna manera a la juez, el reglamento es claro en estas cuestiones, y se procedió de manera correcta. En 2012 el tenista argentino David Nalbandian fue descalificado del Abierto de Queens (Londres) en instancias finales por patear un cartel y, consecuentemente, lastimar a un juez. En ese momento el cordobés expresó con arrepentimiento: “Lo siento. Siento haber hecho esto. A veces sentimos frustración en la cancha y eso es difícil de controlar. Fue un error. Es muy duro este momento, acabar una final así. A veces sentimos mucha presión. Es un error y tengo que pagar por ello. Todos cometemos errores.

Muchas veces esa presión de la que habla Nalbandian, es el desencadenante de la furia. Este año, ni Rafael Nadal ni Roger Federer se presentaban al Abierto de Estados Unidos, dejando como máximo candidato al serbio. Que, además, tenía la posibilidad de acortar la distancia en títulos de Grand Slams con el suizo y el español. Una de las ambiciones de Djokovic es ser el mayor ganador de Grand Slams de la historia, así que este torneo significaba mucho para él. Sin embargo, toda esta presión le jugó en contra. Nadie puede dudar de las habilidades de Nole a la hora de entrar en una cancha de tenis, pero la buena toma de decisiones también es una gran parte del talento. La falta de control es el motivo por el cual quedó eliminado; su arrepentimiento y tristeza por lo sucedido se vieron reflejado en las redes sociales: “Necesito volver a mi interior y trabajar en mi decepción y convertir todo esto en una lección para mi crecimiento y evolución como jugador y ser humano. Pido disculpas al torneo Us Open y a todos los asociados por mi comportamiento”.

El 2020 de Novak demuestra de manera ideal sus dos facetas; uno de los tenistas más ganadores de la historia, y una persona bastante criticable. Si bien en este año consiguió su octavo Abierto de Australia y un Master 1000 (Cincinnati), estos títulos se ven opacados por las polémicas. El serbio, un reconocido militante anti-vacunas, dijo poco antes del reinicio del circuito: “Personalmente, no estoy para vacunas. No me gustaría que alguien me obligue a vacunarme para viajar. Si esa va a ser la regla, voy a tener que pensar bien si me someto a eso o no”. Y si bien aún no se encontró algún tipo de vacuna para el virus, Djokovic bajo su responsabilidad realizó un torneo benéfico para los afectados por el Covid-19, jugado en Belgrado (Serbia) con las tribunas llenas y fiestas de por medio. ¿El resultado? Nole, su esposa, su preparador físico, los tenistas Grigor Dimitrov y Borna Coric, entre otros, dieron positivo de coronavirus. Poniendo de esta manera, todas las críticas sobre él.

Su ambigüedad es lo que lo separa de Nadal y de Federer; el control por la furia. Este incidente en Estados Unidos puede ser el quiebre final para que Djokovic haga el click y aproveche sus debilidades para hacerse más fuerte. Ya demostró que es capaz de recomponerse luego de lesiones: seis veces tuvo que abandonar un Grand Slam por una lesión, y siempre volvió por más. Por suerte, la posibilidad de reivindicación está a la vuelta de la esquina: el 21 de septiembre arranca Roland Garros, y si logra contener toda su furia, y descargarla sobre el polvo de ladrillo, probablemente será imparable.

Tomás Ordoñez