A más de dos meses en situación de aislamiento social preventivo y obligatorio como medida para prevenir el avance del Covid-19, son muchos los círculos sociales y actividades que han tenido que adaptarse a la virtualidad y continuar con la rutina desde casa.
Tal es el caso de la comunidad judía “Dor Jadash”, ubicada en el barrio porteño de Villa Crespo y dirigida por el Rabino Marcelo Bater, que durante la cuarentena viene adaptando la continuidad de sus hábitos a la virtualidad y al uso de la tecnología. Entre ellos: el “shabat” (ritual de descanso semanal), que se realiza mediante distintos “vivo” por redes sociales. También hace lo propio con “Comunidad en casa”, otras reuniones propias de su tradición con un cronograma de actividades online sobre diversos temas a través de la plataforma de Zoom, que incluye reuniones virtuales con rabinos en otros países.
“Generalmente, nuestra conexión con la tradición sería asistir al templo todos los viernes. Ahora se está haciendo el ‘templo virtual’. Aunque no se puede usar la tecnología en el ‘shabat’ se dio un consenso en el mundo para adaptarse y se están celebrando todas las festividades por Zoom. Por ejemplo, el Día de la Libertad de Israel se festejó, se hizo un evento con las familias y estuvo re lindo”, cuenta Nerina Dameschik a Pirámide Invertida, “madrijim” (coordinadora) del “Tzevet” (comisión de trabajo) de Juventudes.
La comunidad está dividida en dos partes: el templo y los talleres para adultos y jóvenes, que mediante donaciones pueden realizar diversas actividades como parte de la educación no formal, además de las acciones propias de la tradición judía, que se han trasladado al mundo virtual.
Mariela Wydra, integrante de la Subcomisión de Padres, señala a Pirámide Invertida: “Se están haciendo muchas actividades por Zoom y en vivo por Instagram, como charlas con cocineros y profesionales en distintos temas. De esta manera, nos acercamos a las familias. En la comunidad hay muchos grupos de diferentes actividades con adultos, jóvenes y niños”. Además, explica que su comisión se reúne cada 15 días por la plataforma Zoom, durante la tarde, en pequeños subgrupos: administrativo, eventos y donaciones, para proponer maneras de acercarse a las familias. “A veces es gracioso, porque la situación hace que te conectes a la reunión mientras paseas al perro”, explica.
Por el lado de Juventudes, Nerina, quién está a cargo de un grupo de niños (janijim) de 9 años, juntó a tres jóvenes de su edad. “Estamos haciendo las actividades por Zoom, pero es bastante difícil, porque es complicado captar a los chicos y que no se aburran. Toda la semana están frente a la compu y dejan de conectarse con nosotros”, detalló.
Además, indicó: “Llamamos a sus padres todas las semanas y les informamos el horario, ya que está variando un poco, porque algunos tienen hermanos y no poseen los recursos para tener dos actividades al mismo tiempo. También mandamos mails con todos los links. Y en el caso de los grupos más grandes, estos se comunican por Instagram con los ‘janijim’”.
La actividad consiste en conversaciones «rompehielo» y, para que no se aburran, les hacen buscar cosas en su casa, como para que puedan estar en movimiento, generando competencia. “Siempre quieren ganar, aunque el premio sea una foto o un punto, pero ellos se re copan”, precisa Nerina, quien ha empezado a enviarles pequeños videos para que puedan aprender a abrir los links y luego hacerlo más didáctico.