Un año desde el primer paso: cómo fue el proceso para la explosión del fútbol femenino

En el mes de marzo se conmemoró un año de la conquista ganada por las mujeres sobre la decisión de hacer del fútbol femenino un […]

En el mes de marzo se conmemoró un año de la conquista ganada por las mujeres sobre la decisión de hacer del fútbol femenino un deporte profesional. Sin embargo, aunque muchos crean que esta pelea es relativamente nueva, la realidad es otra, ya que esta batalla lleva varias décadas en pie y cada vez las voces fueron alzándose más contra las opresiones de sus pares. 

Los primeros registros de mujeres en contacto con la pelota se remontan a los años del 1920 y, a pesar de que en esas épocas no se consideraba la profesionalización del deporte para ninguno de los géneros ya que lo practicaban a manera de diversión, no fue hasta 1960, 40 años después, que aparecieron los primeros torneos interbarriales en nuestro país.

Luego de 11 años, en 1971, apareció la primera Selección Argentina de mujeres, no oficializada, la cual participó en el Mundial de fútbol de México 1971.  Este evento no fue organizado por la FIFA; lo hizo la Federación de Fútbol Femenino. En este mismo Mundial, el conjunto argentino logró ganarle a Inglaterra por 4 a 1. Sin embargo, también tuvieron malos momentos, como el hecho de no poseer un cuerpo técnico o incluso utilería. “Las camisetas que les habían dado la organización no sirvió más después de la primera lavada. También les regalaron los primeros botines de sus vidas, ya que hasta ese momento habían usado las zapatillas Flecha”, relata la periodista deportiva y futbolista amateur Ayelén Pujol, quien además publicó su libro ‘¡Que jugadora!’ en 2019, acerca de estos temas. 

Mas tarde, en 1988, la Asociación de Fútbol Argentina (AFA), miró por primera vez el equipo conformado por mujeres, pero a pesar de ello no les brindaron el apoyo suficiente, por lo que seguía siendo un deporte amateur. Años después, en 1991, la FIFA obligó a las asociaciones de fútbol correspondientes de cada país, a tomar el cargo de los equipos de fútbol femenino y, ese mismo año, se comenzó a jugar el primer torneo oficial organizado por AFA. Fue llamado “Campeonato de Fútbol Femenino” y estuvo integrado por Boca, Excursionistas, Independiente, Yupanqui, Deportivo Español, Deportivo Laferrere, Sacachispas y River.                                              

Para el año 1993 se conformó una selección femenina, con la que finalmente se jugó por primera vez y de manera oficial un partido, en este caso contra un equipo chileno, en un encuentro amistoso.

A raíz de la atención que la FIFA estaba centrando en el seleccionado de chicas, fue el momento en el que empezaron a tomarlas en serio y a permitir su participación en torneos, tales como: el torneo Sudamericano Femenino, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa América Femenina y la Copa Mundial Femenina de FIFA. En el año 2007,  la Argentina perdió en la primera fase. Después de 12 años, en 2019, el seleccionado argentino volvió a clasificarse para un Mundial, de igual manera quedó afuera en la primera instancia

Recién en el año 2017 las jugadoras del seleccionado comenzaron a denunciar la falta de condiciones dignas y competitivas para practicar fútbol femenino en el país, junto con la falta de entrenamientos y la falta de pago de viáticos: en ese momento era de $140 por entrenamiento. También eran privadas de usar las canchas en el predio de Ezeiza. Meses después, las protagonistas de esta disputa hicieron público, en el torneo de la Copa América, el repudio a la desigualdad con la que la dirigencia las trataba. A partir de este repudio, las jugadoras consiguieron realizar giras internacionales, jugar partidos amistosos, entrenar en el predio de todos los seleccionados y sus viáticos se elevaron a $300 por entrenamiento.

En enero del 2018 se sumó a la ola de reclamos el despido de Macarena Sánchez de UAI Urquiza, lo que desencadenó una movilización, junto con otras compañeras, en búsqueda de una ley que permitiera profesionalizar el fútbol femenino. 

Finalmente, el 16 de marzo del 2019 Macarena Sánchez, tras haber exigido por la creación de una ley de profesionalización de fútbol femenino, se convirtió en la primera jugadora mujer en firmar un contrato profesional en San Lorenzo de Almagro. En la misma conferencia de prensa se destacó el actual presidente de AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, al anunciar que la entidad destinará $120.000 mensuales a cada club durante todo el 2019, y así pagar los sueldos de las jugadoras. Además, Tapia expresó: “Queremos ser la gestión del fútbol inclusivo y de la igualdad de género, y venimos demostrándolo”.  

Algo positivo de dicha profesionalización es que la mayoría de los espectadores no es solo masculina. Ya no abundan los comentarios denigrantes y las mujeres no tienen miedo a practicar fútbol por el ‘¿Qué dirán?’. De igual manera, todavía debemos «deconstruir» la cultura del fútbol paso a paso, para lograr una igualdad en el ambiente deportivo.

Ludmila Farias Messineo y Mariana Romagnoli