El enorme legado de la Generación Dorada

22 de agosto de 2008, Juegos Olímpicos de Beijing, semifinales del torneo de básquetbol masculino. Estados Unidos se enfrentaba a la Generación Dorada de Argentina, […]

22 de agosto de 2008, Juegos Olímpicos de Beijing, semifinales del torneo de básquetbol masculino. Estados Unidos se enfrentaba a la Generación Dorada de Argentina, uno de los pocos equipos que logró intimidar al “Dream Team” de ese país. “Recuerdo que, en Beijing, España había vencido a Lituania y nosotros debíamos enfrentar en la otra semifinal a Argentina. Estábamos por entrar al campo, en el túnel, donde el público no te ve, y unos metros atrás estaban los argentinos, bailando abrazados, alentándose. Yo iba con Mike D’Antoni, uno de mis asistentes, y al ver eso le dije ‘Mike, olvídate del scouting que hicimos, es a esto a lo que debemos vencer’” Así lo afirmo su DT, Mike Krzyzewski . Este temor apareció debido a que el seleccionado argentino fue el primer equipo en derrotar a EEUU a nivel FIBA en 2002 por 87-80, tras 10 años de 58 victorias sin ninguna derrota. Fue tanta la repercusión que medios de todas partes del mundo hablaban de ello. Diarios españoles como El Mundo titularon que EEUU sufre la mayor deshonra de su baloncesto“, o medios estadounidenses como ESPN dijeron Finalmente fueron expuestos las falencias de Estados Unidos, y el New York Times, Una derrota inevitable

Mike Krzyzewski fue el responsable de organizar y llevar adelante al equipo estadounidense a partir de 2006, que se basó en el ejemplo argentino para llevar a la suya la gloria nuevamente. “El compromiso que tenían esos muchachos hacia su país y hacia el compañero, su hermandad, es lo que ocurre cuando tienes continuidad, compromiso y talento. Eso fue lo que quisimos crear con el programa de USA Basketball. Buscar desarrollar un sentimiento que marque para quién estás jugando, no solamente ponerte una camiseta», dijo el entrenador.

La Generación Dorada argentina fue capaz de conseguir la primera medalla de oro y de bronce en unos Juegos Olímpicos, en Atenas 2004 y Pekín 2008, lograr una medalla de plata en el campeonato del mundo en Estados Unidos 2002 y numerosas medallas a nivel sudamericano, transfromándose en uno de los mejores equipos de América del Sur y del mundo.

Pero todo comienzo, tiene su fin. Luis Scola, Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, entre otros guerreros, se prepararon para su última batalla contra Estados Unidos en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Guerreros como Leónidas con sus 300 espartanos detrás, ganando numerosas batallas como contra Serbia actual campeón en los juegos de Atenas 2004 con la palomita de Manu, o posicionándose primeros en el Ranking de la FIBA en 2008 gracias al título de FIBA Diamond Ball y al bronce en Pekín, debían afrontar su última gran batalla contra Estados Unidos en los Juegos Olímpicos Rio 2016. El seleccionado perdió 105-78, dejando como siempre su garra y amor por la camiseta. Ante esta derrota, la Generación Dorada cerró un ciclo. El básquet argentino no.

Scola en numerosas entrevistas a la prensa, aclaró que no es un “recambio”, sino un proceso de transición: «Los chicos ya tomaron la posta y la Selección es de ellos. No hay nadie más. Son los que van a estar durante los próximos diez años. El equipo es de Laprovittola, Campazzo, Deck, Brussino, Delía… Hasta dónde podemos llegar con ellos es un misterio que se descubrirá con el tiempo». Luifa sería el único en quedarse luego de los Juegos de Rio para transmitirles y dejarles a los jugadores actuales lo que es la selección argentina.

El “recambio” quedó tan marcado, que en julio de 2017, la Confederación Argentina de Basquetbol (CABB) decidió retirar los números 5 y 13 de la selección argentina, los de las camisetas usadas por Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni .“Con el único fin de reconocer a dos jugadores que jerarquizaron a la Selección durante más de una década y media, lograron triunfos históricos y, además, impulsaron al crecimiento del básquetbol argentino dejando un legado explícito para las jóvenes camadas”, explicó en su momento Federico Susbielles, presidente de la Confederación.

La Americup 2017 fue la primera prueba de fuego para esta nueva selección, que no tardaría en dejar arriba la bandera celeste y blanca, llegando a la final y perdiendo contra un imbatible Estados Unidos por 81 a 76, una diferencia menor que el último resultado en Rio 2016 contra los de rojo, blanco y azul.

Los títulos no tardarían en llegar, obteniendo los Juegos Panamericanos Perú 2019, un título que se lo pusieron al hombro al llegar a la Copa del Mundo en China. En esta nueva generación, estaba Scola como embajador de la Generación Dorada, para trasmitir sus conocimientos y con el hambre para repetir lo logrado alguna vez en 1950 como campeón de la competencia. Jóvenes como Máximo Fjellerup, Agustín Caffaro y Gabriel Deck, supieron representar los valores que alguna vez Krzyzewski tanto resalto, ganándole a selecciones top como Serbia y Francia, que nunca se lo pueden descartar como aspirantes al título debido a su historia e integrantes de medallas en las distintas competencias. Independientemente de lo que pasó en la final, la medalla de plata fue un triunfo para el comienzo de una nueva etapa. Esta generación tiene el fuego necesario para seguir manteniendo la chispa que dejaron otros. Sergio Hernández, entrenador actual de Argentina, comentó luego del campeonato: “Nunca me imagino las cosas demasiado. Si repasan mis notas, no vivo de expectativas ni de sueños. Soy bastante aburrido para eso. No tengo esas respuestas que disparan títulos. Pero vi a una camada con mucha química, que cada vez jugaba mejor… Es la camada que nos ayudó a clasificar a Río 2016, que nos clasificó en Río 2016. Por eso la confianza…”

Como diría el Indio Solari, “el futuro llegó, hace rato”. Hay motivos para esperanzarse.

Julián Candio Abbura, 2° B, TM.