Cómo hacerle frente a la inflación, que no cede

En mayo, Argentina ingresó nuevamente al podio de los países con mayor inflación del mundo cuando alcanzó una interanual de 57,3% y superó al último […]

En mayo, Argentina ingresó nuevamente al podio de los países con mayor inflación del mundo cuando alcanzó una interanual de 57,3% y superó al último registro de Sudán del Sur que, por el contrario, logró descender la suya a una de 56,1%. Así, el país tuvo un Índice de Precios al Consumidor (IPC) sólo superado por Venezuela y Zimbabwe, según el relevamiento de Trading Economics.

Como producto de la devaluación que se precipitó tras las PASO, la tasa de inflación en agosto volvió a dispararse. Los principales rubros que aumentaron fueron equipamiento del hogar, salud (por las cuotas de las prepagas que subieron un 6%) y también los valores de los medicamentos. Los economistas estiman que la variación de los precios minoristas -que el INDEC dará a conocer este jueves- oscilará entre 3,8% y 4,2%.

Frente a esta situación, los comerciantes no saben cómo manejarse en tanto con las compras de materiales como con las ventas a los clientes. Matías, vendedor de artículos de electrónica en Belgrano, contó: “Cambió mi comportamiento a medida que avanzó la inflación, tuve que comprar cada vez menos excedente de inventario por el aumento de precios de los mayoristas de electrónica, que importan algunos componentes”. También explicó que decidió a partir de ahora no contar con un stock y sólo vender a pedido para disminuir su riesgo empresario, aunque esto aumente los costos, porque al hacer pedidos más pequeños los precios son más altos y el costo del envío aumenta constantemente.

Los minoristas se encuentran, frente a esta situación, en grandes aprietos. Los insumos que compran a los mayoristas cambian sus valores prácticamente minuto a minuto, lo que vuelve complicado cotizar el producto final tanto cuando tiene mano de obra de por medio como cuando no la tiene.

Una de las soluciones que muchos desearían poder llevar a cabo es poner sus precios en dólares y que así se modifique a la par del cambio con el peso argentino: “De esta manera los precios se mantendrían estables y me daría certeza a mí y a mis compradores”, contó Horacio, que tiene una ferretería en Villa del Parque. Mientras que los fabricantes tienen otro problema: “Un día se da un presupuesto con cierto precio y al otro día ya tendría que estar cobrando ese trabajo al doble, no sabemos si esperar a que todo se calme o presupuestar en dólares para que se actualice solo”, explicó Lía en referencia a su fábrica de toldos.

Algunos ejemplos de los consejos que se leen en diferentes páginas de Internet para que los consumidores se vean afectados en menor medida por la inflación son: organizar cuáles son los gastos fijos mensuales y cuáles se pueden recortar o directamente eliminar, aprovechar las promociones, poner más atención al “gasto hormiga” haciendo referencia a los gastos diarios que se realizan en comprar diferentes productos que al final del mes suman más de lo que puede imaginar, realizar una lista de compras, y muchos más.

Por su parte, el economista especializado en crecimiento Javier Milei aconseja: “(…) para los que tengan capacidad de ahorro, que compren dólares para mantener el valor; y los que no tengan capacidad de ahorro, que apenas cobren se abastezcan de alimentos, porque van a estar cada vez más caros”.

Agustina Bartolini