Andrés Ciro Martínez: la versatilidad como virtud

Andrés Ciro Martínez ha logrado lo que no pudo ningún otro artista del rock nacional: llenar el estadio de River en dos ocasiones, con 10 […]

Andrés Ciro Martínez ha logrado lo que no pudo ningún otro artista del rock nacional: llenar el estadio de River en dos ocasiones, con 10 años de diferencia y dos proyectos musicales diferentes. ¿Cuáles son las virtudes que lo han llevado a ser una de las figuras más respetadas y convocantes del país?

Antes de los dos shows que ofrecerá en el Luna Park el 10 y 11 de mayo, analizamos las cuatro principales características que lo han puesto en ese lugar de reconocimiento. Ambición, innovación, conciencia social y el manejo del vivo sobresalen en un artista que supo cómo readaptarse para seguir vigente.

Ambición

La primera virtud es la ambición, las ganas de volverse siempre una mejor versión de sí mismo. Juan Ávalos, guitarrista de «Los Persas», cuenta que, cuando se juntaron para armar el proyecto de la nueva banda tras la separación de “Los Piojos”, le preguntó «¿Qué idea tenés?», intentando descifrar qué camino musical iba a tomar. Se encontró con una respuesta inesperada: «Tocar en River».
El paso número uno para llegar a algo es soñarlo.

Innovación

La segunda es la innovación. En “Los Piojos”, Ciro compuso todas las letras y la mayoría de las melodías. A lo largo de la discografía de la banda, encontramos distintas variaciones que matizan el rock and roll que proponían como elemento fundamental.

Así, la murga rioplatense («Verano del 92«), el tango («Gris«), el candombe («Balneario de los doctores crotos«), el blues («El rey del blues«) y el funk («Labios de seda«, «Manjar«) le dieron una impronta propia del gusto musical que tenía su compositor, limitado por lo que aprobaran o no sus compañeros.

La etapa solista que comenzó en 2009 dejó ver claramente lo que Andrés quería para su nueva música. A riesgo de perder al público que lo había seguido en su proyecto anterior, insertó en sus primeros dos discos un toque mucho más personal. Así, tomaron gran protagonismo algunos temas netamente melódicos (“Mírenla”, “Me gusta”, “Curtite”).

La apuesta salió mejor de lo esperado: no solo mantuvo a sus «viejos» fans, sino que también comenzó a sumar personas que provenían de otro «palo». Los álbumes Naranja Persa 1 y 2 (2017 y 2018), que está presentando en la actual gira, marcaron un repaso por todos los géneros en los que supo indagar, siempre dentro de la base del rock que lleva como hilo conductor.

Conciencia social

Como tercera virtud encontramos la conciencia social sobre los temas coyunturales del país. “Los mocosos” (1992) trata sobre niños pobres que toman drogas para no sentir hambre , en “Al atardecer” (1996) habla de prostitución y proxenetismo. “Dientes de cordero” (2005), por su parte, expresa el estallido social del 2001. Esta evolución constante también la vemos hoy en “Dale darling” (2018), que refiere a la violencia de género.

Ciro y los Persas en vivo

La cuarta virtud es que él y su banda suenan en vivo tan bien como en los discos. Sumada a su interpretación y gesticulación (fruto de haber hecho teatro cuando era joven), transmite lo que recita y logra un gran ida y vuelta con el público, como las “charlas” o “encuestas” para preguntar si toca un tema u otro. Además, los temas varían tanto en tempo como en ritmo, y puede ponerse a cantar folclore o subir a su hijo al escenario para interpretar un trap de Duki, como ocurrió en River.

Esas cuatro virtudes hacen que en diciembre de 2018 Andrés Ciro Martínez haya convocado más de 50 mil personas en el Estadio de River con su banda “Los Persas” a una década de haberlo logrado con “Los Piojos”. También las que lo convierten en uno de los mejores showman que tiene la música nacional.