El oscuro regreso de Sabrina

La bruja adolescente volvió a la pantalla chica de la mano de Netflix, pero con una versión mucho más tenebrosa que la popular serie de […]

La bruja adolescente volvió a la pantalla chica de la mano de Netflix, pero con una versión mucho más tenebrosa que la popular serie de 1996. Los detalles de un regreso que es fiel al poco conocido cómic.

Actualmente, los remakes conforman una tendencia que parece mantenerse firme. Este fenómeno ocurre no sólo en el cine, sino también en la televisión, donde el pasado 26 de octubre se produjo el retorno de la magia, la hechicería y los gatos negros. Todo esto no hace más que referencia a Sabrina, la bruja adolescente a la que Netflix -en coproducción con Warner– dio vida nuevamente en su flamante serie Chilling Adventures of Sabrina (El mundo oculto de Sabrina, en Hispanoamérica).

Para muchos, seguramente Sabrina les haga acordar a la comedia de mediados de la década de 1990 protagonizada por Melissa Joan Hart, quien le puso la cara al personaje desde 1996 hasta 2003, cuando la serie llegó a su fin. Sin embargo, la historia de la joven bruja comenzó hace más de 40 años en el medio gráfico, más precisamente en las historietas de Archie.

Sabrina en la década de 1960. Foto: Archie Comics.

Su primera aparición fue en el año 1962, donde se presentó como un personaje secundario del cómic protagonizado por Archie, un adolescente que vive todo tipo de historias sobrenaturales con un grupo de amigos en la ciudad de Riverdale. Pero es en la vecina Greendale donde habita Sabrina Spellman, la carismática hechicera que con el correr de las publicaciones se volvió tan popular que con el tiempo tendría su propia historieta.

Es así como surgió en 2014 el cómic homónimo a la serie de Netflix. Su creador fue Roberto Aguirre-Sacasa (quien también se encargó se producir la ficción para la plataforma norteamericana) y muestra una versión totalmente distinta al cómic de los años 60. El escritor siguió la línea de Afterlife with Archie, una historia del año 2013 en la cual Sabrina fue introducida como un personaje oscuro y tenebroso, lejos de aquella simpática y risueña bruja de las primeras presentaciones.

La bruja en Chilling Adventures of Sabrina (2014), el cómic que inspiró la serie. Foto: Archie Comics.

Esa misma contracara ocurre con las series de televisión. Así como la Sabrina de los años 90 lograba sacar risas de los espectadores gracias a Melissa Joan Hart, la actual cumple el objetivo de poner la piel de gallina. La encargada de llevar a cabo el papel es Kiernan Shipka, quien luce acertadamente la esencia de un personaje que se debate entre el mandato familiar de pertenecer al diabólico círculo de las brujas y el deseo de permanecer al lado de las personas que más ama.

La ficción de diez episodios se completa con la actuación del actor y cantante juvenil Ross Lynch, que vuelve a la pantalla chica tras su exitosa carrera musical junto a sus hermanos en R5 y The Driver Era, e interpreta al enamorado novio de Sabrina, Harvey Kinkle. Pero, por supuesto, además la serie trae de nuevo a Salem, el gato negro y guía espiritual de la adolescente; a sus tías, Hilda y Zelda; y, por supuesto, demonios, espíritus y hasta al mismísimo Satanás, a quien la protagonista deberá enfrentar.

Imagen destacada: Netflix

Martín Bugliavaz (2ºB TN)