Moverse siempre para una vida sana y prolongada

Realizar actividad física no solo ayuda a mantener un cuerpo saludable, sino también a potenciar el estado de ánimo en cada ser humano para poder […]

Realizar actividad física no solo ayuda a mantener un cuerpo saludable, sino también a potenciar el estado de ánimo en cada ser humano para poder vivir con mucha más vitalidad. Los abuelos no se privan de correr en un maratón o incluso jugar a la pelota con sus amigos, pero obviamente que una vez alcanzado un cierto número de años,el organismo de cada uno no es el mismo que en la juventud, aunque eso no es un impedimento para seguir una vida sana y ejercitada.

Fernando Suárez tiene 43 años y es profesor de educación física, además de ser un experto en el tema de la actividad física para adultos mayores. “Hoy en día, la actividad física en los jóvenes está más vista desde mejorar lo estético antes que pensar en llevar una mejor vida. No digo que esté mal, pero para mí el mejor ejemplo es el de un abuelo que no busca tomar anabólicos para el crecimiento y desarrollo de músculos sino que lo hace para poder vivir mejor”, aseguró. También informó acerca de cuánta actividad física es recomendable hacer: “Se recomienda que las personas de 65 años en adelante realicen unos 150 minutos semanales de ejercicios aeróbicos combinados. Es decir, trotar o hacer algún deporte, ya sea fútbol con amigos, tenis o incluso natación, que es lo más recomendado”.

Como último consejo, Fernando manifestó: “En el verano, recomiendo que los adultos mayores hagan ejercicios una vez que el sol se oculte; esto obviamente es para evitar complicaciones como infartos o falta de aire en los pulmones. Inhalar el aire seco típico de la temporada dificulta el ingreso de oxígeno fresco. También es fundamental hidratarse constantemente”.

María del Carmen Girazolle tiene 76 años, es jubilada y hoy se dedica a cuidar de su casa en la que vive junto a sus cinco perros que le hacen compañía. Contó cuál es secreto para llegar tan vital a esta edad: “Si me quedo quieta en un lugar, me aburro”, señaló. Y agregó: “No salgo a correr ni hago deportes, pero por lo menos tengo que salir a caminar, aunque sea una vez por día, para no estar encerrada en mi casa. Cuando voy al doctor prefiero subir por las escaleras, no me tomo el ascensor”, expresó con una risa simpática.

Queda en evidencia que para mantener una vida sana y prolongada no hace falta ser joven; solo con tener actitud y voluntad alcanza. Al fin y al cabo, como dice el refrán, viejos son los trapos.

Eros Ledesma, Nicolas Soria y Alex Pinilla