Gonzalo “El Malo” Dallera es el actual campeón del Título Argentino de la Asociación de Boxeo Argentino en la categoría súper ligero (hasta 140 libras). El boxeador de 29 años habló en exclusiva para Pirámide Invertida sobre sus comienzos en el boxeo, su primera defensa del título y su día a día en el deporte.
– ¿A qué edad comenzaste a boxear?
– Fue en Ciudadela, en el Nolting Boxing Club. Empecé de grande con 23 años. Un compañero del trabajo me pidió que lo acompañe. Él fue tres semanas y dejó, yo nunca paré.
– ¿Qué fue lo que más te llamó la atención cuando empezaste a practicar?
– Fue la superación que en sí da el boxeo, la adrenalina que emite el cuerpo al hacer este deporte, el sacrificio y tratar de ser mejor persona cada día.
– ¿Cuándo te diste cuenta que tenías un nivel para volcarte al profesionalismo?
– Costó llegar casi 4 años de entrenamiento y después de 20 peleas amateur.
– ¿Cuánto tiempo le dedicás al entrenamiento cada semana?
– Todos los días, una vez que te volcás al profesionalismo, requiere de tiempo completo.
– ¿Por qué te dicen «El malo»?
– Porque cuando guanteaba lastimaba a mis compañeros y de ahí quedó. Decían `con Gonzalo, no vayas que te va a lastimar, es malo, es maldito`
– ¿Cuál fue tu pelea más importante?
– La última. Tuve que hacer la primera defensa del título contra Cristian “El Canguro” González. No hay nada más difícil que defender lo ganado. Me encontré con un rival experimentado que tenía 20 peleas y conoce lo que es pelear en el exterior. Fue un combate a 8 rounds, cuando yo nunca había pasado del 4to. Por momentos él hizo una pelea inteligente, pero después del 4to tenía que salir a sacar manos y no lo hizo. Creo que yo no gané la pelea, la perdió él. La decisión final fue por puntos, gané todos los rounds, en el 7mo pude conectar abajo y una serie de golpes arriba y pude tirarlo.
– ¿Esa clase de peleas contra boxeadores experimentados se preparan de manera diferente?
– Sí, tuve un mes y medio de preparación. Creo que fue la más dura que tuve hasta hoy. Fue una preparación de alto rendimiento porque sabía que iba a ser una pelea larga. Me preparé para llegar a todos los rounds. Me ayudaron sparrings de rodaje internacional como Ezequiel “El Pollero” Bonelli y Emiliano Martín «Pac Man» García.
– Sos hincha de Ferro y tuviste la suerte de poder ingresar a la cancha de fútbol a mostrarle a la gente tu cinturón. ¿Qué sentiste ese día?
– Fue un sueño hecho realidad. Fue algo que no puedo explicar, lo más lindo que me paso en la vida después del nacimiento de mi hija. Estaban todos mis amigos, conocidos. Fue algo especial.
– ¿Cuál es la anécdota que más recordás?
– Una vez fuimos a pelear a Mendoza. Nos querían alojar en un campamento tipo militar. Llegamos tipo 1am y no había un alma. Estábamos en el medio de la nada al frente de la cordillera. Éramos 5 boxeadores, entre los que estaba Alejandro Valori, campeón argentino de pesados y Emiliano García. Entramos al refugio ese, un cagazo (Sic) teníamos, parecía una película de terror. De la nada sale un viejo de un baño con cara de asesino serial. Ni bien lo vimos salimos corriendo a los autos. Éramos todos boxeadores de los más temidos corriendo para salir, gracias a Dios nos llevaron a un hotel esa misma noche. Nos reímos mucho, ese viaje conocí gente muy buena.
– ¿Hasta dónde querés llegar con el boxeo?
– Quiero llegar lo más lejos que pueda; llevar los colores de Argentina y representarlos; subirme al ring con la camiseta de Ferro en otro país. Conseguir más títulos y soñar con ser campeón del mundo.
Por Diego Amaya