Algo para recordar

Rumbo al mundial de Italia 1990, en el grupo 3 de la etapa clasificatoria, lideraban con cinco puntos Brasil y Chile, la diferencia de gol […]

Rumbo al mundial de Italia 1990, en el grupo 3 de la etapa clasificatoria, lideraban con cinco puntos Brasil y Chile, la diferencia de gol beneficiaba a los Cariocas. El 3 de septiembre de 1989 se jugó en el Maracaná el último partido de la zona, por lo que el equipo de Aravena se veía obligado a ganar para conseguir el pase mundialista.

El partido lo igualaban sin goles hasta que en el inicio del segundo tiempo, Antonio de Oliveira marcó el tanto que puso en ventaja a los locales. Desde allí comenzó otra historia, a los 67 minutos una bengala proveniente desde la tribuna, impactó en el campo de juego y Roberto Rojas, el arquero chileno, cayó en el piso. En medio de un clima tenso el jugador de San Pablo, fue sacado por sus compañeros del campo de juego con una herida sangrante en la ceja izquierda. El árbitro argentino Loustau a pedido de la selección chilena decidió suspender el partido.
Las imágenes televisivas sirvieron para identificar al agresor, fue Rosenery Mello do Nascimento, una joven de 24 años; y también para notar las discrepancias de lo sucedido aquella noche. La bengala cayó a aproximadamente a 4 metros del Cóndor y la herida que tenía era producto de un elemento cortante, no presentaba rastros de quemaduras ni de pólvora.
La FIFA citó a declarar a Rojas para esclarecer los hechos y el mismo se negó. Los rumores que circulaban eran ciertos, el equipo chileno no se quiso quedar afuera del mundial y los locales estaban siendo superiores en el juego, fue entonces que el arquero visitante, en complicidad con el técnico, compañeros y directivos, aprovechó la situación de la bengala y con una hoja de afeitar que guardaba en el guante, simuló una agresión por parte de la tribuna, ¿El motivo? Pedir los puntos a la entidad madre del fútbol o por lo menos que el partido se vuelva a jugar en cancha neutral.
El lamentable hecho culminó en la descalificación inmediata de la selección trasandina de los próximos dos mundiales, Italia 1990 y Estados Unidos 1994. Las sanciones alcanzaron a Sergio Stoppel, presidente de la Federación Chilena, quien jamás podrá volver a tener un cargo institucional; a Orlando Aravena, que fue apartado por 5 años; al capitán del equipo, Fernando Astengo por 4 años. La peor parte se la llevó el protagonista Roberto Rojas, que tenía un brillante presente futbolístico, fue suspendido de por vida. A Brasil se le dio por ganado el partido 2 a 0.

Flavia Castaño 2º B Turno Tarde