Los adolescentes y el uso de las nuevas tecnologías

Más allá de los indudables beneficios que comporta el uso de teléfonos móviles, ordenadores, televisores y dispositivos que permiten conectarse a internet, entre otros, las […]

Más allá de los indudables beneficios que comporta el uso de teléfonos móviles, ordenadores, televisores y dispositivos que permiten conectarse a internet, entre otros, las tecnologías también pueden suponer  una amenaza si se hace un mal uso o abuso de ellas. Los peligros son mayores para el colectivo de jóvenes entre los 12 y 18 años de edad, quienes son más vulnerables a hábitos que acaben implicando dependencia hacia este tipo de dispositivos y herramientas.

Ahora bien: según una encuesta de UNICEF a adolescentes sobre consumo de medios, elaborada en abril de este año, sobre un total de 1100 jóvenes de centros urbanos de todo el país, el 93,4 % del total admitió usar internet y más del 60% afirmó conectarse todos los días. Los encuestados coincidieron en la importancia del uso social de los nuevos medios de comunicación: casi el 70% los utiliza para conectarse “mejor” con sus amigos.

En relación con los peligros mencionados, los datos muestran que 6 de cada 10 chicos navega sin la compañía de un adulto, y de aquellos que están acompañados, sólo el 4,3% realiza una actividad en internet junto a ellos.

Hay que destacar que los males más comunes que acarrea el mal uso de la tecnología son, entre otros, la dependencia excesiva de las mismas, el incremento del ocio y el sedentarismo, trastornos visuales y auditivos, etc, por citar los más frecuentes.

Para no tener una mirada solamente negativa del tema, también debemos señalar los beneficios que el uso correcto de las herramientas tecnoógicas puede ofrecer, como por ejemplo el manejo y disposición de todo tipo de información, el tener al alcance de la mano y de forma innovadora el conocimiento científico actual, las facilidades que ofrecen estas nuevas maneras de relacionarse y comunicarse entre sus usuarios.

Los chicos se sienten expertos en el uso de estas herramientas; y por si fuera poco los padres también suelen tener las mismas consideraciones hacia cómo creen que sus hijos manejan las tic (término con el que se denomina a las tecnologías de la información y la comunicación). Está claro que estar conectados todo el día a una red social no implica saber usarla como corresponde.

Otro punto importante que no se puede dejar fuera de la discusión es el uso de la tecnología en la enseñanza; progresivamente se ha ido incorporando en los diseños curriculares de todos los niveles de la enseñanza formal y no formal la capacitación sobre el uso de las tic. Hay un pilar fundamental en el que las autoridades pertinentes deben ocuparse, y ése es el de la formación docente; además, claro está, el de la reformulación del modelo de la enseñanza que resulta imprescindible a la hora de pensar en la inclusión de estas herramientas.

Por Ariel Parreta