La aparición de la nieta 129, otro fruto del esfuerzo

En numerosas oportunidades, las abuelas pidieron mesura a la hora de dar las noticias sobre restituciones de identidades. Fueron muchas las ilusiones que luego se escurrían […]

En numerosas oportunidades, las abuelas pidieron mesura a la hora de dar las noticias sobre restituciones de identidades. Fueron muchas las ilusiones que luego se escurrían como agua entre los dedos y, a la edad de ellas, ese golpe al corazón y al alma puede ser terrible. Pero en épocas de redes sociales es difícil mantener la calma y rápidamente #Nieta129 se transformó en tendencia en Twitter, donde millones de argentinos le daban la bienvenida a su nueva y verdadera identidad a la joven. De a poco, los medios internacionales también se hicieron eco y las Abuelas de Plaza de Mayo no les quedó otra opción más que llamar a una conferencia de prensa para brindar la buena nueva.

Estela de Carlotto tomó el micrófono y, con una sonrisa, anunció lo que todos esperaban: “Es la nieta número 129, que podrá conocer a su padre, a sus hermanos”. Los aplausos ganaron lugar y las canciones repudiando a la última dictadura cívico-militar también. La presidenta de la Asociación continuó: “Es una enorme alegría”.

La nieta, de la que se desconoce su nombre por pedido explícito de ella, es hija de Norma Síntora y Carlos Solsona, ambos militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). “La morocha”, “Raquel”, “Marta” o “La Turca”, tal como le decían sus compañeros, fue secuestrada cuando cursaba su octavo mes de embarazo, en mayo de 1977. En ese momento, Carlos se encontraba fuera del país y, luego de ese acontecimiento, debió exiliarse.

Se presume que la madre embarazada habría fue llevada a Campo de Mayo, donde habría dado a luz en la maternidad de ese centro clandestino de detención. Tanto Carlos Solsona como sus otros hijos, radicaron rápidamente la denuncia sobre el bebé que buscaban (desconocían el sexo) en Abuelas de Plaza de Mayo, en la filial de Córdoba.

Las Abuelas hace siete años que tienen el caso en reserva. Increíble pero real. Es que la primera pista llegó en 2012, a partir de informaciones sobre una joven que había sido inscripta con una fecha de nacimiento falsa y con firma de un médico de la Policía Federal Argentina. Esa partida de nacimiento revelaba, además, que el parto había sido en domicilio. Por eso Abuelas decidió aproximarse e investigar el caso. “En 2013 se contactó a la presunta hija de desaparecidos que vivía en el exterior para invitarla a realizarse el examen de ADN voluntario”, relataron en el comunicado.

La mujer adelantó que viajaría a la Argentina en 2014 para evaluar la posibilidad de acercarse para el examen, pero no ocurrió. Por ende, el caso fue derivado a la Unidad Fiscal especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado, quedando todo en mano del juez Sergio Torres, que exhortó a la Justicia del país extranjero para que se realice un allanamiento para verificar la identidad de la presunta hija de sesaparecidos. Pero fue rechazado.

Recién en 2017 un allegado de la mujer que reside en Argentina la motivó a buscar su origen y se retomó el contacto. Finalmente, hace dos semanas la nueva nieta restituída llegó al país y se presentó ante la Justicia el pasado miércoles 3 de abril, donde intervino también la CONADI (Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad). Allí se realizó voluntariamente el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos, donde los resultados arrojaron que es hija de Normal Síntora y Carlos Alberto Solsona.

“Hablar con ella me conmocionó tanto o más que saber que la habíamos encontrado”, dijo entre lágrimas el padre de la joven apropiada de forma ilegal, y reflexionó: “Hay que hablar porque la difusión de estos éxitos estimula el avance de otros casos; hay que reivindicar a las Abuelas e invitar a quienes aún tienen dudas a que se acerquen a agotarlas”.

La nieta 129 volvió a nacer y, en su nueva vida, podrá abrazarse a su papá, a sus hermanos Marcos y Martín y a sus sobrinos. En época de noticias duras, las Abuelas le dieron un abrazo a la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Facundo Ronchel