«La cuarentena me afecta mentalmente, me cuesta mucho entrenar»

El mundo entero se está enfrentando contra una pandemia, un enemigo invisible y esto generó consecuencias enormes en la vida humana. En el deporte hubo […]

El mundo entero se está enfrentando contra una pandemia, un enemigo invisible y esto generó consecuencias enormes en la vida humana. En el deporte hubo un cambio enorme: nuevos calendarios, torneos suspendidos, jornadas aplazadas y máxima precaución en todos los eventos a disputarse. Algunos deportistas tuvieron que buscar otro tipo de entrenamiento y de ingreso para poder mantenerse en el día a día y muchos clubes en los que se practican diferentes disciplinas necesitan de la ayuda económica del Estado.

No es diferente el caso de Enzo Díaz, peleador de kick boxing profesional oriundo de Uruguay, pero que tuvo una vida de combates por toda Sudamérica y que actualmente se entrena en España donde espera que le salga alguna pelea. El kickboxer sufre la cuarentena por la pandemia como cualquier deportista que lleva una vida en actividad y de entrenarse casi todo el día pasó a estar encerrado las 24 horas en la casa sin poder hacer su rutina normalmente. Se las ingenia para poder hacer un entrenamiento parecido al que hacía habitualmente cuando se podía salir, aunque no es lo mismo ya que le dice a Pirámide Invertida que esta situación lo golpea mucho en lo mental y eso se transmite al físico.

-¿Cómo te entrenás en cuarentena y cuánto te afecta mentalmente?

-La cabeza juega mucho. Yo en el último tiempo, las últimas dos semanas no estuve haciendo casi nada, muy poco porque me estaba costando. En Argentina estaba acostumbrado a entrenarme dos veces al día más o menos  y ahora no hacer nada es como pasar de 0 a 100, es como volver a buscar el momento y el lugar, porque yo tengo bandas elásticas y esas cosas que a mí me ayudan, pero por ahí se me complica. Lo que más me ayudó fue la bici fija, aparte unos kilos subí aunque yo me veo hinchado más que nada por la cabeza, no estoy durmiendo bien y esas cosas.

-¿Cómo te preparás habitualmente para una pelea?

-Para una pelea te avisan con 3 o 4 meses de anticipación, depende. Si vos estás en Argentina y tenés que ir a pelear a Europa te avisan con 4 o 5 meses de anticipación porque vos tenés que estar un mes antes de la pelea en el lugar del combate porque así el cuerpo se adapta, pero si vos estás en el mismo lugar en un mes ya te acomodás físicamente. También depende de cuántos kilos llevás vos encima, porque por ejemplo si sos de la categoría mediano de 60 a 64 kilos que es la mía y pesás 75, en un mes no lo bajás. Por eso trato de no pesar más de 66 kilos.

-¿Podés llevar una dieta en cuarentena?

-La dieta en este deporte es importante porque para bajar de peso tenés que comer la misma cantidad que para cuando querés aumentar, pero varían las comidas. Por ejemplo, si vos tenés que bajar vas comiendo menos carnes o carbohidratos. Ahora en cuarentena arranqué una dieta nueva que no es estricta, pero me empecé a cuidar un poco más, yo no comía con pan y ahora si estaba comiendo, al igual que con comidas fritas así que arranqué de vuelta.

-¿Cómo te mantenés económicamente?

-Cuando vos tenés contrato con una academia, ellos tienen la obligación de darte peleas cada un mes, y cada combate tiene una bolsa, por ejemplo de 10.000 pesos. Pero la idea es que mientras vos te vayas entrenando y vayas peleando, agarres contrato con marcas. Yo en Argentina tenía contrato con Reebok y varios más, entonces ellos nos daban zapatillas o ropa cada un mes y si teníamos que viajar para pelear nos pagaban el pasaje. Después otros sponsors te dan 3000 pesos por mes. Acá en España no tengo ninguno por ahora, por eso estoy buscando alguno, me mantengo con mis ahorros en la cuarentena.

-¿Cómo fueron algunas de tus experiencias en peleas?

-En Argentina las peleas que me daban me querían cagar, porque se firmaba para pelear en 65 kilos y terminabas peleando en 70 kilos para que el otro se lleve más plata. Por ejemplo, cuando iba a pelear a Brasil y que se suspendió habíamos pactado 65 kilos, que me iban a dar 7000 dólares y resulta que antes de viajar me llaman y me dicen que me van a dar 9000 dólares y me pareció raro. Cuando veo el contrato decía que era 70 kilos y no podía llegar a ese peso, era probable que me rompa, porque si en un kilo ya hay mucha diferencia imagínate, con 5 kilos. Ahí los sponsors ya me habían mandado la ropa y la plata así que tuve que devolver todo porque no fui.

Juan Francisco Rosales, 2° A, turno tarde