Federico Pereyra, varado en el desierto árabe

Federico Pereyra vive un momento muy tenso desde que comenzaron a cancelarse los vuelos nacionales e internacionales tras la pandemia. El sanjuanino siente una “desesperación […]

Federico Pereyra vive un momento muy tenso desde que comenzaron a cancelarse los vuelos nacionales e internacionales tras la pandemia. El sanjuanino siente una “desesperación grande” por volver a la Argentina y remarcó que no tiene forma de hacerlo debido a que Aerolíneas Argentinas “no llega hasta Medio Oriente”. Su mujer y su hijo pudieron regresar a San Juan antes de la cuarentena. “Estoy bastante preocupado porque por ahora no tengo forma de volver. Tampoco quiero buscar un vuelo a San Pablo y quedarme varado en un aeropuerto con mil valijas”, comentó a Télam.

En estos momentos hay vuelos que empiezan a funcionar pero de forma sumamente estricta. Algunos son para traer insumos, como también para repatriar a la gente varada en distintos países. El opuesto, de 31 años, se mantiene al tanto de la información que le da la embajada árabe sobre los viajes que pueden darle una mano. “No nos dio respuesta de cuándo podemos viajar todavía, aunque siempre atendió el teléfono y está a disposición. Eso hay que rescatarlo, porque en otros lugares cerraron la embajada y apagaron los teléfonos”, relató.

Créditos: voleyball.world

A pesar de la desesperación de no poder volver, la cuarentena en el país saudita es sumamente estricta. “Acá hay toque de queda. Solamente podés ir al supermercado o a la farmacia más cercana entre las seis de la mañana y las tres de la tarde”, comentó Fede. El club Al Halil, considerado uno de los equipos más poderosos del país en el voley, le debe al sanjuanino los sueldos de marzo, abril y mayo. “Nos dijeron que tenían los pagos listos pero a mí el club me queda a 50 minutos de auto y no puedo llegar si no tengo un permiso para circular…”, aclaró.

Pereyra sabe que hay mucha gente en la misma situación y se comunicó con algunos de ellos, colegas deportistas: “Armamos un grupo de WhatsApp en el que somos 90, pero sé que hay más personas en la misma”, agregó. Pero la paciencia es lo primero que hay que tener y Federico lo sabe estando, miles de kilómetros lejos de su país natal: «Vivo en un ‘compound’, que es una especie de country donde todos son extranjeros, no hay saudíes. Hay pocos europeos, muchos egipcios… Por ahora estoy bien, me contacto con mi familia, aunque lo que más cuesta es manejar la cabeza», concluyó.

Agustín Parodis