Keane regaló un show soñado en Buenos Aires

El reloj marcaba exactamente las 21 cuando se apagaron las luces del Movistar Arena. Hubo un silencio que duró un microsegundo, que rápidamente se transformó […]

El reloj marcaba exactamente las 21 cuando se apagaron las luces del Movistar Arena. Hubo un silencio que duró un microsegundo, que rápidamente se transformó en un grito ensordecedor con el que el público recibió a Tom Chaplin, Tim Rice-Oxley, Richard Hughes y Jesse Quinn, el cuarteto que forma Keane. Puntualidad inglesa de los británicos, que no visitaban Argentina desde hace 6 años, y que volvieron a poner un pie en nuestro país para realizar otra parada de su gira ‘Cause and Effect’, nombre del último álbum de la banda.

Pero la Argentina no es una parada cualquiera debido a la efusividad de sus fans. Bien lo expresó el frontman Chaplin, al declarar que “cada vez que venimos nos sentimos como los Rolling Stones”, por el hecho de que se topan con fanáticos en el aeropuerto, en el hotel o en la puerta de una radio a la que van a dar una entrevista.

La banda, que estuvo inactiva durante más de media década, y que siempre hizo que sus seguidores temieran lo peor, volvió a reunirse el año pasado luego del fracaso matrimonial de Rice-Oxley, tecladista y compositor de las canciones del grupo, que sublimó sus problemas donde mejor sabe hacerlo: en un piano. Durante más de dos horas de show, Keane apostó por un setlist en el que mezcló las canciones de su nuevo disco con los éxitos de siempre.

26 canciones reanudaron el affaire con el público local. Tanto así, que los asistentes dedicaron cantitos para cada uno de los integrantes del grupo y ovacionaron cada una de las canciones durante casi un minuto. Chaplin, visiblemente emocionado, manifestó su felicidad, pero también pecó de demagogo en un par de ocasiones, como cuando dijo que el concierto en Buenos Aires había sido “el mejor de la gira”. Pero no hacía falta. Sin esta mención, el público, entregado, habría respondido de la misma manera. Para el segundo tema de la noche, «Bend and Break», todos ya estaban saltando y gritando. Fue un show bien prolijo en el que la banda supo alternar las baladas con aquellos temas de beats más penetrantes, siempre con la voz de Chaplin como faro en un océano nublado.

Keane es una banda que nació a mediados de los años noventa en Battle, un pueblito campestre del sudeste de Inglaterra. Sus integrantes se conocieron en la universidad mientras estudiaban Artes y editaron su primer disco, «Hopes and Fears», en el 2004, año en el que coincidieron con otras bandas archiconocidas como Coldplay, The Killers, Franz Ferdinand, Arctic Monkeys, The Strokes e Interpol, entre otras. En esta época, no obstante, la banda era catalogada dentro del género britpop y llamó la atención de todos por no utilizar guitarras y poner el foco en el piano y en la voz de Chaplin, por supuesto. El grupo, cuyo sonido e impronta se forjó durante la primera década del nuevo milenio, subraya una forma de expresarse bastante declamativa en el rol del frontman, como alguna vez lo hicieran Freddie Mercury o Elton John, salvando las grandes distancias.

«Cause and Effect», último trabajo de la banda, es una compilación de temas que Rice-Oxley compuso luego de que su primer matrimonio se fuera a pique. En el LP, la banda repasa temas como la soledad, la autodestrucción, la paternidad y la transición hacia una nueva vida en la que ser feliz sigue siendo posible. Siete temas de este nuevo disco integraron el show de Buenos Aires: «Love Too Much», «The Way I Feel», «Put The Radio On», «Strange Room», «Stupid Things», «Phases» y «I Need Your Love».

Estos cortes se alternaron perfectamente con éxitos de talla mundial como «Everybody’s Changing», «Somewhere Only We Know», «Spiralling» o «Crystal Ball», hits que fueron coreados por los 15 mil asistentes al evento, quienes saltaron durante buena parte del concierto. Los británicos cerraron la velada con «Sovereign Light Café», que remite a su tierra natal, y fueron despedidos con una ovación que duró varios minutos, un claro reconocimiento del público a un show en el que la banda lo dejó todo sobre el escenario.

Juan Méndez
2° «B» T. N.