Fin del sueño: Colón perdió con Independiente del Valle y se quedó sin Copa Sudamericana

No pudo ser para Colón. Las circunstancias y los agregados extradeportivos en la previa del partido hacían vislumbrar que podía ser una tarde soñada para […]

No pudo ser para Colón. Las circunstancias y los agregados extradeportivos en la previa del partido hacían vislumbrar que podía ser una tarde soñada para el equipo argentino: el éxodo masivo de hinchas sabaleros, que significó un record de fanáticos en la movilización hacia otro país, el valor de tratarse de la primera final de Copa Sudamericana en su historia, y las incontables muestras de carácter que había demostrado este equipo en el trayecto hacia la final dando vuelta 4 de 5 series. Pero en el fútbol de los imponderables, las emociones ajenas al juego quedaron a un costado, y Colón no pudo trasladar todo ese apoyo y energía en su desempeño futbolístico ante un independiente del Valle que jugó con un aplomo y oficio que lo hicieron quedarse con el 3-1 definitivo y con el título.

Fue una final plagada de singularidades. Incluso, al borde de plantearse su postergación. Porque en la tarde de Asunción, el agua se convirtió en la principal protagonista desde el primer minuto de juego. Ni Colón ni Independiente del Valle habían podido asentarse en el juego aún, cuando una lluvia torrencial azotó a la Nueva Olla. Pero cuando la atención estaba centrada en premeditar si el terreno de juego iba a soportar tamaña tormenta, el equipo ecuatoriano aprovechó las inclemencias meteorológicas con la única forma con la que parecía posible anotar: el juego aéreo.  A los 25´, el argentino Cristian Pellerano  levantó un tiro libre desde la derecha que conectó de cabeza el zaguero central León, de pique al suelo, que no pudo contener el arquero Burián.

La pelota ya no circulaba con normalidad, los charcos comenzaban a deteriorar el juego y la incesante tormenta estaba en su punto más alto. A los 30´ el árbitro Raphael Claus determinó la suspensión momentánea del encuentro y envió a  los jugadores al vestuario. Todo parecía encaminado para que el partido no siguiera, pero la cancha comenzó a dar muestras de posible continuidad y así fue. Después de 55 minutos de espera, se reanudó el juego.

A contraposición de lo que había sucedido en los primeros minutos de la primera etapa, donde Independiente se hizo de la posesión de balón con Pellerano como eje, manejando los hilos del juego y con Colón a la retaguardia, en la reanudación, el Sabalero salió con más ímpetu y ansiedad, pero todavía sin elaboración, y eso, al final, le jugó una mala pasada. Adelantó las líneas y salió a presionar al equipo ecuatoriano, que ante la primera de cambio no desaprovechó la oportunidad.  Jhon Sánchez salió rápidamente de contra por la banda izquierda, recorrió casi 50 metros y se hizo inalcanzable para los defensores, concretando el 2-0 luego de un desvío en Olivera.

Fue una noche oscura para el sabalero. Nada salió como lo planeado. En el segundo tiempo buscó ser avasallante, protagonista y tuvo su recompensa de inmediato: penal por empujón a Morelo. Casi como una señal positiva del destino, la remontada dejaba de resultar una utopía. Para más suspenso, la jugada fue revisa por el VAR, pero finalmente Claus ratificó su decisión y cobró la pena máxima. El Pulga tuvo  la inyección anímica que necesitaba el equipo en sus pies, así como en Belo Horizonte, pero se desligó de su característica y sutil pegada y le quiso romper el arco a Pintos, quien adivinó la intención. Los astros parecían no estar alineados para el conjunto argentino, y mucho menos para el “10”.

Lavallén intentó revertir la historia con los reemplazos de los dos laterales por Ortega y Esparza; luego sumó a Chancalay, pero el conjunto de Miguel Ángel Ramírez tuvo un comportamiento táctico casi sin falencias a la hora de defender y con mucho criterio para cuidar el balón cuando fue necesario.

La reacción llegaría a falta de 3 minutos para el descuento, con una pirueta de Ortiz en el área que renovaba las esperanzas de las 40.000 almas santafesinas. Pero la ilusión se esfumó a los pocos minutos con un contraataque de Cabezas, que cedió la pelota para que Dájome sentenciara el final.

Para el ascendente Independiente de Valle fue el primer título de su historia después de haber perdido la final de la Libertadores en 2016 con Atlético Nacional de Medellín. Además, como si fuera poco, tendrá la oportunidad de disputar la Libertadores, Recopa Sudamericana y Suruga Bank en 2020 y el Mundial de Clubes en 2021. Por su parte, Colón, se llevó toda la desazón de haberse quedado en la puerta de la gloria.