Gustavo Nigrelli: secretos de la historia del boxeo femenino

-Hace dos fines de semana, Brenda Carabajal peleó por un título mundial y lo ganó. ¿Esto fue un hecho histórico para el boxeo femenino? -Fue […]

-Hace dos fines de semana, Brenda Carabajal peleó por un título mundial y lo ganó. ¿Esto fue un hecho histórico para el boxeo femenino?

-Fue histórico porque es la primera victoria en Estados Unidos de una boxeadora argentina. Hay pocas en el exterior; la primera fue la “Locomotora” Olivera en México, que ganó un título mundial. Hasta este momento, generalmente cuando salen a pelear por un título pierden, incluyendo a la “Tigresa” Acuña, también. Para mí, Brenda Carabajal ganó en buena ley todos los rounds, conquistó un título en Estados Unidos y peleó en una velada que estaba encabezada por dos mujeres.

-A eso iba. Que dos mujeres, en el MainEvent, unifiquen 4 títulos de un peso es muy grande para el boxeo femenino.

-Encima era el título mediano de las 4 entidades, lo que es emblemático porque mujeres en categoría pesado prácticamente no hay, las más pesadas están hasta la categoría mediano. Para las mujeres es como si fuera la máxima categoría y que unifiquen todos los títulos es muy importante. Hasta ahora la única era una colombiana radicada en Noruega, que tenía todos los títulos welter.

-Nombraste a Marcela Acuña, una mujer muy importante para el boxeo femenino argentino. ¿Cuándo empezó a verse el crecimiento en el boxeo femenino argentino? ¿Fue gracias a ella? ¿Fue una de los pilares?

-La “Tigresa” Acuña fue la fundadora. Cuando quiso boxear no existía el boxeo femenino, esto se dio hace 30 años. El boxeo era para hombres; la mujer en esa época no podía ir a la guerra, no podía boxear, no podía hacer determinadas tareas, y esto no se daba por el machismo, sino por protección. No podías someter a una mujer a una prueba o a un trabajo, a un deporte o a una actividad donde corriera riesgo ella para el proyecto de que la sociedad crezca y se desarrolle.

La “Tigresa” Acuña peleó en Estados Unidos su primera pelea y la perdió contra la campeona mundial más resonante de aquella época, Christy Martin. Todo el mundo pensó que iba a perder por nocaut en el primer round, pero llegó hasta el décimo y perdió por puntos en una gran actuación. Le pegó a Christy Martin y la dejó disconforme. Acuña tuvo que subir de peso comiendo porquerías, sin poder comer vitaminas y sin ninguna dieta para poder subir de peso para pelear en “igualdad”. Así y todo, peleó 10 rounds sin tener ninguna experiencia. Cuando volvió, la “Tigresa” fue un hito porque fue un antes y un después. Si le iba mal y perdía por nocaut, se iba a demostrar que no podía pelear, que era peligroso, pero como le fue bien, dio pie para que se hiciera algo. Al poco tiempo peleó contra Lucía Rijker, que era la otra mejor boxeadora del mundo y encima más grande, porque era welter. En esa pelea, que también fue afuera, iba ganándole a Lucía Rijker, pero en el quinto round le pegó un gancho al hígado y no se pudo recuperar. La holandesa reconoció que le había marcado la cara.

-¿Qué opinaban en la FAB sobre la reglamentación del boxeo femenino?

-El presidente de la FAB, Osvaldo Bisbal, no estaba muy a favor del boxeo femenino, a pesar de que él fue el que lo reglamentó. Tenía miedo de que la federación se metiera en algo que le trajera problemas, sobre todo legales. A pesar de esto, buscaba lentamente que se reglamentara. Cuando la “Tigresa” pierde contra Lucía Rijker, me dijo: “esa es por la que vos tanto insistías”, porque yo insistía mucho para que se hiciera boxeo femenino. Yo le dije que el problema era suyo, por no dejarla entrar ni al gimnasio a entrenar con los varones, sin vitaminas, sin entrenador, escapando de todos los rings para pelear con ese monstruo. Le dije que la deje entrar y que le de las facultades y que iba a ver lo que pasaba. Al poco tiempo, vino e intentó seguir boxeando, pero no había peleas y estuvo a punto de retirarse varias veces porque no sabía si se iba a reglamentar o no. Entre 1997 y 2001, se reglamentó el boxeo femenino y el 24 de marzo del 2001 le entregaron a la “Tigresa” Acuña la primera licencia profesional del boxeo femenino. Al poco tiempo debutó en la federación en una pelea a cuatro rounds con una estadounidense. Esta fue la historia del boxeo femenino.

Si te interesó la nota, metete en este enlace para leer la primera parte.

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Lautaro López Rivero, 2ºB, Turno Tarde.