Guerrieri: una historia de persistir y seguir intentando, más allá de los tropiezos

Su carrera comenzó con 16 años, cuando participó del Campeonato de Fórmula Renault Argentina en el 2000, en donde se consagró campeón; pero hubo un […]

Su carrera comenzó con 16 años, cuando participó del Campeonato de Fórmula Renault Argentina en el 2000, en donde se consagró campeón; pero hubo un obstáculo, el dinero, ¿Por qué? Porque el vencedor de la competencia tuvo la obligación de irse a otro certamen y su familia ya no podía sustentar su camino deportivo. Pero por suerte se le presentó una posibilidad. Apareció Lincoln Sport Group, que realizó un proyecto para que pilotos argentinos emigren a competencias europeas. En la misma sintonía participaron Mariano Altuna y José María “Pechito” López.

Este proyecto duró hasta 2001, por el declive económico que sufrió el país, lo que derivó en que el equipo Licoln no pudiese abastecer a los pilotos en Europa. Otra vez, el problema fue el dinero. Sin embargo, surgió un negocio con un equipo italiano, Lacram, que tenía convenio con Lincoln Sport Group; en ese trato entró Guerrieri y pudo correr en varias competencias europeas, siempre tratando de convencer al dueño del equipo que hizo una importante inversión. Fueron años complicados porque con el presupuesto llegaba al límite, pero el talento de Esteban sacó provecho.

Guerrieri, en 2002, ganó el campeonato europeo y fue subcampeón en el certamen italiano con el auto con que el año anterior había participado “Pechito”. Luego, en 2003, participó en varias competencias de Fórmula Renault, ganando el Masters de Fórmula Renault con 124 puntos, con tres victorias en ocho presentaciones.

En la temporada siguiente, su representante Julio Gutiérrez, quien lo respaldaba deportivamente en aquel entonces, le comunicó que no podría seguir sosteniéndolo económicamente. En consecuencia, Esteban llamó a “Toto” Wolf (hoy jefe de mecánicos de Mercedes en Fórmula 1), a quien conoció en algunas de las pruebas porque éste era el manager de su compañero del equipo italiano, Bruno Splenger. “Toto” estaba interesado en el argentino y le ofreció un contrato, pero para correr en la siguiente temporada. Esteban rechazó el trabajo. A los días, el dueño de Lacram le consiguió una propuesta del propietario de una escudería de Fórmula 3 de Italia, que necesitaba que le manejaran el auto cotidianamente y correr algunos campeonatos menores. El día que iba a firmar el acuerdo, lo llamó Enrique Scalabroni, en ese entonces dueño de una escudería de Fórmula 3000, y lo invitó a realizar unas pruebas en Barcelona. Le fue muy bien, por lo que le ofreció a Julio volver a ser su representante porque los costos de la categoría eran diminutos.

En esta categoría nació la rivalidad entre Esteban Guerrieri y “Pechito” López, que además de ser compañeros en aquel proyecto, a lo largo de sus carreras, siempre fueron antagónicos. Tan es así que ambos terminaron en la séptima posición, con la misma cantidad de puntos. 28 tantos para los dos, un podio para cada uno.

Al terminar el campeonato le llegó una oportunidad de oro. Crhistian Horner, fundador del equipo Arden, en ese entonces campeón de la Fórmula 3000, se interesó en el porteño y lo invitó a hacer unas pruebas a Jerez, España. Las pruebas les costaron 15.000 euros. Su representante se hizo cargo. Era un equipo inglés y al piloto argentino se le complicó la comunicación con los mecánicos por el idioma. Además, tenía competencia: Nico Rosberg y Heikki Kovalainen hacían las mismas pruebas. Otro percance fue que no conocía la pista. Le faltó preparación y no brilló. Se le cerró la gran chance de acercase a la F1, porque pasar estas pruebas le habría podido abrir muchas puertas.

Luego de esta ocasión que terminó con una derrota para Esteban, surgió otra complicación. Terminaba la Fórmula 3000 y comenzaba la GP2 y el presupuesto para estar en la categoría se multiplicaba. En ese entonces se le presentó la posibilidad de la Fórmula 3, con el equipo Midland Junior… y la tomó. Después de un par de presentaciones, el equipo Mercedes se interesa nuevamente y entra en el programa del equipo alemán. En ese campeonato, en 2006, terminó cuarto y su compañero, Pol Di Resta, fue campeón. Al año siguiente había plaza para uno de los dos en DTM (Deutsche Tourenwagen Masters). Guerrieri, por terminar atrás del español, tuvo que volver a la Argentina.

En la Fórmula 3 se armó un equipo nuevo en Inglaterra, cuyo dueño era el irlandés Barry Walsh. Necesitaba un piloto experimentado en el torneo, surgió el nombre de Esteban y firmó contrato. Logró un par de poles, pero no estuvo en las primeras filas en la definición. En 2008 pudo lograr una victoria. Aunque no corrió más con el equipo, porque Barry Walsh necesitaba pilotos que se pudieran pagar la plaza, ya que hubo una debacle económica en Europa. No obstante, asomó otra oportunidad de participar en la Super League. Consiguió dos victorias.

Después de un verano sin ofertas, llegó una en marzo, para correr en el Words Series del 2010, con el equipo de RC Motorsport, que pertenece a Igor Salaquarda. Fue el piloto más ganador de la temporada.

En el mismo año fue invitado para correr las últimas dos carreras en Magny Cours, por el Charouz-Gravity Racing. El propietario era amigo de Igor Salaquarda. Dicho equipo está estrechamente relacionado con Renault F1. Surgía otra oportunidad; obtuvo un sexto y quinto puesto, respectivamente.

Para acercarse a la F1, se presentó una ocasión para participar en el equipo Virgin Racing, pero el piloto debía desprenderse de unos 5 millones de dólares. Consiguió 2 millones, por la ayuda del Automóvil Club de Argentina y el Gobierno de la Nación. No alcanzó. Otra vez el dinero le hacía perder la batalla.

Después de los “fracasos” por la falta de dinero en Europa, Guerrieri, intentó en Estados Unidos en la Indy Lights, segunda división de la Indy Car. En 2011 y 2012 fue subcampeón acumulando seis victorias, cuatro segundos puestos y cinco terceros.

La Indy Lights fue su última competición en un monoplaza, hasta ahora. El sueño de estar en la categoría madre sigue intacto, a pesar de todos los inconvenientes económicos. Esteban nunca se rindió y sigue en Europa, hoy en el WTCR, esperando a que llegue otra oportunidad.

Por: Facundo Estelrrich