Mujeres solidarias contra al cáncer

«Dona cabello Argentina». Así se decidió llamar este grupo de mujeres, que con una enorme muestra de solidaridad acompañado de un inmenso esfuerzo producen pelucas […]

«Dona cabello Argentina». Así se decidió llamar este grupo de mujeres, que con una enorme muestra de solidaridad acompañado de un inmenso esfuerzo producen pelucas gratuitas para pacientes que están en tratamientos oncológicos. Todo empezó a originarse cuando una mujer quiso donar su pelo y no encontró lugar para hacerlo. Situadas en la ciudad de Baradero, hoy ya reciben por mes 150 sobres con mechones.

Cada historia conmovedora, como lo es esta, tiene su principio. Estas diez increíbles mujeres que son de Los Polvorines pero que ahora están en la ciudad más antigua de la Provincia de Buenos Aires trabajan improvisando un taller de costura de pelo. En el inicio no sabían cómo confeccionar estas pelucas, pero con la ayuda de tutoriales en Youtube aprendieron y hoy las reparten gratis por todo el país, en una inmensa ayuda para los pacientes con cáncer.

Las confeccionan con cabello que reciben todos los días por correo de diferentes partes del país y del exterior y también hacen envíos de pelucas terminadas. Pasan horas y horas dándoles forma a las pelucas. También en su variado repertorio realizan turbantes y almohaditas con forma de corazón para el post-operatorio de cáncer de mama. El numero de entregas ya supero los 600. Le ponen tiempo, ganas y amor a esta hermosa y silenciosa tarea.

Los días sábados se encuentran en un predio prestado que se llenan de máquinas de coser, hilos y cintas de papel que se utilizan para elaborar las cortinas de pelo y las gorras de microtul que unen de manera artesanal. La tareas se dividen por mesas, según su especialización. «El primer paso es separar los mechones según tipo, color y largo. Se necesitan alrededor de diez por peluca», explicó unas de las creadoras del grupo de mujeres «Dona cabello Argentina», Daniela Mangini.

Volviendo un poco al inicio de este grupo solidario, no todas hacen lo mismo. Algunas se dan maña para coser a máquina esas hileras de pelos, otras se encargan de los pasos siguientes, como la tarea artesanal de unir a mano cada capa de pelo a la gorra microtul que cumple la función del cuero cabelludo. Otras se encargan de la presentación algo no menor en cada entrega; esto sería lavar, secar, cortar el flequillo y hacer rebajados.

Vive para contarlo y ahora ayuda a otras; esta es la historia de Naomí Mercado, de 61 años, a quien hace 22 le diagnosticaron un tumor maligno y debió hacer quimioterapia. «Quedarse pelada fue duro. En esa época tuve que comprar una peluca. Hoy soy voluntaria de «Dona cabello Argentina» e intento que mi experiencia sirva para acompañar a otras», expresó Naomí.

«Tuve cáncer de mama, estoy operada y acá me ves», señaló una de las integrantes del grupo. Muchas de las mujeres llegan a Baradero sin ganas de enfrentarse al espejo y en la gran mayoría muy angustiadas por el presente que viven. En estos casos Naomí les cuenta su historia de lucha contra la enfermedad y un mensaje alentador que tiene como enfoque principal su pasado.

«Comparto lo que me paso para darles coraje. Es un momento y hay que sobrellevarlo. El pelo crece, a mí me creció», reitera. «Entiendo el dolor porque lo viví y es grande. Pero estamos para hacerlas sentir mejor», sostiene Naomí Mercado.

Componen el grupo de voluntarias: Liliana Liste (57), Liliana Sánchez (61), Isabel Fidalgo (45), Alejandra Gomila (54), Daniela Mangini (30), Noamí Mercado (61), Nora Almada (67), Choly Campillo (72) y María Roberts (61). Ellas son las que con este gran trabajo que realizan les cambia el transitar de la enfermedad a los pacientes oncológicos. Están activas y aseguran que el motor para seguir tiene que ver con que nunca pierden de vista el destino de su trabajo.

Nicolás Alvarez