Los clubes de barrio, entre ayudar y sobrevivir

La situación es cada vez más compleja para los clubes de barrio. Desde hace unos años para acá los golpes que vienen recibiendo son cada […]

La situación es cada vez más compleja para los clubes de barrio. Desde hace unos años para acá los golpes que vienen recibiendo son cada vez mayores. Desde aumentos de todo tipo, hasta decretos que los continúan perjudicando. Según contó el presidente del club Sportivo Pereira, ubicado en el barrio de Barracas, Sebastian García, los aumentos en las facturas han crecido de una manera exorbitante. Una boleta de luz que hace 4 años era de 500 pesos hoy es de 25000, imposible de llevar adelante para una institución cuyo objetivo es incluir y hacer participar a los jóvenes de las actividades. Por su parte, el vicepresidente, Luis Miselli, señaló: “Todo lo que hacemos lo llevamos adelante gracias al esfuerzo de los pocos dirigentes y algunos padres que ayudan; de este club han salido jugadores importantes como Mauro Boselli (ex Boca Juniors, Estudiantes de La Plata y actual Corinthians de Brasil) y queremos que los chicos continúen luchando por sus sueños”.

Es por ello que un grupo de legisladores, del bloque opositor, presentó un proyecto para que se pueda reducir en un 50% los costos de las tarifas que abonan dichas instituciones. Según creen, el proyecto sería viable, ya que desde hace un tiempo la responsabilidad del servicio eléctrico es del Gobierno de la Ciudad. El proyecto será debatido en las comisiones de Turismo y Deporte y en caso de ser aprobado, la bonificación será incluida en las siguientes facturas.

Hoy, estos clubes están buscando alternativas para poder seguir adelante, alternativas que van desde salir a las plazas de los barrios y hacer actividades para que tanto chicos como grandes puedan seguir practicando o interactuando socialmente. Esto dijo Gustavo Acosta, presidente del club Fénix y representante de los clubes de barrio en el Consejo Asesor del Deporte de la Ciudad, en una nota al diario Clarin: “Hace un tiempo que se viene trabajando en conjunto con el área de deportes del Gobierno porteño, y en el marco de este programa se buscó la forma de incluir a los clubes y de darles visibilidad a algunas de sus actividades. Y nosotros participamos institucionalmente en cualquier cosa que sume por y para el deporte».

Otra alternativa en la que se están apoyando varios clubes es la de implementar cursos rápidos, no superiores a 4 meses, para que la gente pueda tener alguna salida laboral. Así es como en el Club Santa Lucía, ubicado en barracas, se pueden realizar diferentes tipos de capacitaciones, como por ejemplo: ayudante de secretaria, talleres de costura y tejido, peluquería y cocina. Hablando con algunos vecinos del barrio que están siendo partícipes de estos encuentros, manifestaron que siempre el club se caracterizó por brindar actividades deportivas, recreativas y lúdicas, pero que desde hace un tiempo que comenzaron con este tipo de propuestas, y que dado el gran problema económico que están atravesando tanto los clubes como la sociedad ha sido un éxito este tipo de alternativas.

Los clubes no son solo lugares donde los chicos van a jugar a la pelota o a pasar un rato sino también lugares donde se cría, se educa al niño y se involucra al adolescente, adulto o jubilado. Desde siempre han estado involucrados en la formación, el bienestar y la salud de la comunidad. Sin dudas que cada acción realizada tendrá el fin de seguir comprometido con los jóvenes y adultos que se acercan a las instituciones a pesar de la realidad vivida y los problemas que tienen que afrontar día a día. Ese es el objetivo de los clubes de barrio.

Pablo Frontini